La literatura infantil guatemalteca y el galardón "White Ravens" - Reseña

PUBLICACIÓN POR CARMEN BEATRIZ TOCAY / 20 DE MARZO 2019

Biblioteca Infantil

Terminada la Segunda Guerra Mundial, uno de los países más devastados fue Alemania, con ello la temática del nazismo y la división era evidente, además era controlada por los países que habían ganado la guerra. Poco tiempo después en 1945 el ejército americano invitó a la periodista y escritora germano-judía, Jella Lepman, para que fuera la asesora en educación y cultura para niños y mujeres alemanes del área de la ocupación americana. Para Lepman la guerra había dejado secuelas, muerte y destrucción en las vidas de los niños, pensó que la manera de encontrar y ver hacia nuevos horizontes para la niñez era el acercamiento hacia los libros infantiles.

En julio de 1946, Jella organizó en Múnich la primera exposición internacional de libros infantiles, para lo cual solicitó donaciones de libros infantiles a editoriales extranjeras, la respuesta fueron 4,000 libros procedentes de 14 países, debido al éxito de la actividad, surgió la idea de crear la Biblioteca de la Juventud en Alemania. Tres años después, el 14 de septiembre de 1949, se abrieron las puertas de la biblioteca gracias a la donación de la Fundación RocKefeller. La Biblioteca Internacional de la Juventud abrió con 8,000 libros dedicados a niños y adolescentes de la posguerra.

Biblioteca Infantil

Pasado el tiempo a partir de 1983 la Biblioteca Internacional de la Juventud, se ubica en el Castillo de Blutenburg, en el barrio de Obermenzing de Múnich. En 1995 la editorial Christa Spangenberg estableció que la biblioteca debía mantener su existencia y exclusivamente sin intenciones de lucro, esta serviría como fuente de compromiso con la literatura infantil. La Biblioteca Internacional de la Juventud se encarga principalmente de dar a conocer la literatura infantil y juvenil, que proviene de todas partes del mundo, con el detalle principal de que cada texto cuente con estándares tanto de calidad literaria como de calidad estética. Además se encarga de preservar la diversidad cultural a través de la literatura y por ello se dan a la tarea de recopilar textos de forma anual, con ello realizan catálogos y recomendaciones internacionales dirigidos al público profesional. Las colecciones de libros internacionales y las colecciones históricas se encuentran disponibles para investigadores locales y extranjeros.


Anualmente, dicha biblioteca se encarga de dar el galardón White Ravens a las obras de literatura infantil y juvenil que logran destacar por sus características, como temática, originalidad, estilo literario, innovación artística, diseño, entre otras. Dentro de un proceso de elección ante miles de obras que recibe cada año la biblioteca, un grupo de veinte especialistas en literatura infantil y juvenil escogen los doscientos mejores títulos para ser puestos en el catálogo White Ravens.

The White Ravens International Youth Library

Cinco años atrás, en 2014, el catálogo White Ravens cumplió cincuenta años de ser publicado, pero ese año pasó algo inusual, ¡quién pensaría que un texto guatemalteco fuera seleccionado como un White Raven! Y dicho cuento es Alas para Olga, del guatemalteco Rubén E. Nájera Contreras, quien nació en Ciudad de Guatemala el 13 de abril de 1954, es un dramaturgo laureado de los Juegos Florales Centroamericanos de Quetzaltenango, por lo cual le fue concedido el rango de Maestre del Teatro en 1991. Las ilustraciones estuvieron a cargo de la ilustradora argentina Irene Singer, quien es licenciada en artes plásticas con orientación en grabado, egresada de la Facultad de Bellas Artes de La Plata, Buenos Aires. Desde el 2001, Singer es miembro activo del Foro de Ilustradores de Libros para Niños de Argentina, fue seleccionada para exhibir en varias ediciones de la Bienal de Ilustración de Bratislava, Eslovaquia, ahora su trabajo ha sido reconocido con el galardón White Ravens en 2008 y 2014 por la Biblioteca Internacional de la Juventud, eventualmente brinda talleres en torno a la temática de libro-álbum.


Alas para Olga, del guatemalteco Rubén E. Nájera Contreras

Recientemente, el pasado 2018, el segundo galardón White Ravens se vino otra vez a Guatemala con el libro Y de postre... Una esdrújula, del escritor guatemalteco Mario Chavarría González, quien escribe para niños y jóvenes, además es un apasionado del dibujo y la fotografía. Ha escrito Los devoradores de mazapán y Crónicas de Aluxtenango. Un dato curioso es que fue el ganador del III Certamen de Premio Amanuense en su categoría infantil con su mismo texto Y de postre... Una esdrújula. La encargada de ilustrar el libro fue Marcela Calderón, curiosamente también es argentina y se dedica especialmente a la ilustración de libros infantiles.


Una esdrújula, del escritor guatemalteco Mario Chavarría González

Ambos textos, el de Nájera y Chavarría, fueron publicados por Editorial Amanuense, una editorial que desde hace diez años se ha enfocado particularmente en impulsar una línea de textos infantiles. Amanuense es una editorial que ha apostado por historias poco comunes, innovadoras y creativas, cuentos que se alejan del canon tradicional guatemalteco, al fin de cuentas, textos que normalmente se centran principalmente en lo didáctico y moralizante. Pero, no solamente se enfocan en la genialidad de la escritura del autor, sino que también le dan importancia a los ilustradores. Las ilustraciones juegan un papel muy importante para que el niño pueda interactuar con su imaginación.


Fragmento de literatura infantil

En la actualidad Editorial Amanuense es reconocida a nivel nacional como la editorial de literatura infantil y juvenil y que se impone como una de las más representativas de América Latina. Seguramente no ha sido un camino fácil, pero el entusiasmo y la dedicación por darle la oportunidad a escritores, tanto guatemaltecos como centroamericanos y latinos, de publicar libros infantiles ha tenido sus satisfacciones, porque se han hecho competentes en el mercado internacional gracias a la calidad literaria que manejan en sus textos. Por ello los cuentos han podido ganar galardones importantes  como los White Ravens. Y de postre… una esdrújula y Alas para Olga, son textos guatemaltecos que de ahora en adelante se encuentren resguardados como joyas literarias de la literatura infantil en la Biblioteca Internacional de la Juventud, con el prestigio internacional que ello conlleva.


Fragmento de literatura infantil

Ante esto, la literatura infantil y juvenil guatemalteca está teniendo un nuevo auge, alejándose del canon tradicional, y abriendo brecha hacia lo innovador. No obstante, para ello es necesario que surjan escritores, voces distintas e ilustradores ingeniosos, que se animen a escribir y presentar propuestas inéditas y creativas. Ya las puertas están abiertas para que se pueda lograr una producción ardua de textos infantiles tanto guatemaltecos como centroamericanos, para poder medir la calidad de escritura en otros países del mundo. Hace apenas unos años atrás, en una entrevista, Roberto Bolaño, editor de Amanuense se dirigió a escritores e ilustradores, así: «Sugiero e insto a los autores y creativos nacionales a salir, a buscar crítica internacional y someter su trabajo a diferentes visiones, solo así podemos crecer cultural y artísticamente […] es muy fácil decir “soy el mejor en algo” en Guatemala, pero solo saliendo podremos mejorar» (Esquisses, 2014). Ojalá en los años venideros se siga condecorando a la literatura infantil y juvenil guatemalteca con más White Ravens, para tomar con seriedad su carácter formador y literario en este país. 

Referencias:

CARMEN TOCAY

Comentarios

  1. Gracias Carmen. No había visto esto y hoy me lo encontré por casualidad.

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