La sorprendente y olvidada visión del Cementerio General

La sorprendente y olvidada visión del Cementerio General

PUBLICACIÓN POR ENRIQUE ALFARO / 26 DE AGOSTO 2020

Tumba de doña Agapita, mausoleo en mejor estado de conservación del Cementerio General de la Ciudad de Guatemala
Tumba de doña Agapita/ Autoría: Nerdoguate 

Los cementerios son lugares que desde la antigüedad plasman creencias y costumbres. Sin embargo no son cuidados como deben ser por las instituciones de gobierno, ya que es muy común creer que por cuestiones de sanidad estos lugares no tienen nada de belleza ni de arte.

El Cementerio General de Guatemala está ubicado en la zona 3. Su fachada es lo suficientemente imponente como para no llamar la atención, en especial cuando está pintada con colores llamativos. El tímpano contiene el título de uso del lugar, abajo un arco de medio punto da paso a la puerta principal. 

Vista frontal de Cementerio General de Guatemala
Entrada del Cementerio General de Guatemala


Esta es la que separa el mundo de los vivos del de los muertos, elaborada en hierro forjado con muy diversas formas, casi siempre ocultas por rótulos de protesta, que denigran el monumento. La entrada tiene un farol de esos que aún se observan en monumentos coloniales, o que al menos creemos ver en esos sitios. 

Dentro del cementerio hay dos habitaciones una frente a la otra. Una a la izquierda para trámites y otra a la derecha para elevar una plegaria. Y es en esa puerta donde uno puede hacer la primera parada turística. Se presenta una puerta en madera muy elaborada, con escenas de la pasión de Jesús. La capilla dedicada a una imagen de Jesús crucificado, no contiene nada más que el crucifijo de gran tamaño. 

Es de anotar que el cementerio tiene a muchas personalidades, algunas muy polémicas, y otras no tanto. Pero a pesar de todo esto se debe entender que hay mucho arte ahí y que por ser tan poco valorado por las autoridades está siendo profanado, saqueado y destruido. 

Así que muchas esculturas de mármol, obras en bronce, y madera, que tal vez no observaremos en ningún otro lado, están desapareciendo de este lugar por el simple hecho de que ninguna autoridad está pendiente de esto, además de ser un lugar público y visto como un tabú, y no como un lugar que podría ser de paseo, por la extraordinaria belleza de muchos de sus monumentos.

Tumba de Justo Rufino Barrios / Autoría: Nerdoguate



Siguiendo el camino en la entrada se observa un monumento a la madre, y también una gran campana. Hay una pequeña fuente rodeada de flores. Y sobresalen por todas partes las enormes palmeras que han de llevar cientos de años. El cementerio que es de 1881, presenta en la izquierda de la entrada el mausoleo de Castillo Armas, y en esa misma dirección el de Justo Rufino Barrios.

Además hay algunos montículos que son construcciones de tiempos prehispánicos, que para su mayor conservación deben mantenerse bajo la grama. Y construido sobre uno de esos está el de Justo Rufino. Tal vez la escultura que abre su sepulcro es lo que más llama la atención. Pues el sepulcro del general está casi siempre cerrado. 

Otro de los mausoleos llamativos es el “egipcio” que contiene varias esculturas adosadas con claras referencias a este país. Es como si se trasladara las ideas de los faraones a la cultura actual y con la simbología cristiana. Y muchas agrupaciones tienen un mausoleo o un área para enterrar a las personas que pertenecen a este, y hacen del lugar un espacio para que otros se identifiquen. 

Se  puede ver a San Cristóbal, la Estrella de David, las manos entrelazadas como símbolo franciscano. En cambio hay otros que son de familias que por el cariño a sus seres queridos han colocado alguna escultura que represente esa unión con ellos.

También hay símbolos cristianos como el ancla, la cruz, el fuego. Esculturas que representan ángeles, santos, o a la Santísima Trinidad. Hay otras esculturas que poco tienen que ver con el cristianismo, pero no por ello dejan de ser muy elaboradas y de gran calidad, como niñas recogiendo flores, bebes durmiendo, coronas, flores, ánforas, etc. 

Seguramente caminar por el cementerio es muy especial si se busca todos esos detalles. Y no se puede dejar de visitar al primer vecino de este lugar que proveniente de Sololá fue enterrado el 1 de julio de 1881, se trata del Señor Ignacio Zamora. 

Otros personajes que se encuentran en el cementerio es la llamada “niña de Guatemala” hija de Miguel García Granados, frente a su nicho se encuentra un rótulo que la recuerda.

Hay construcciones que al ser destruidas por el terremoto de 1917 fueron adaptadas por sus dueños, otras conservan un estilo inspirado en el gótico y algunas otras dan paso a la imaginación para recrear historias que recuerdan a Batman, Esmeralda de la película Quasimodo, e incluso pensar en Charlie y la Fábrica de Chocolates; y todo eso basándose en las espectaculares construcciones que se asemejan a tantas películas o series.

Definitivamente si el cementerio estuviera en mejores condiciones, podría ser un extraordinario lugar para entretenerse en buscar arte, admirar la arquitectura, o simplemente para aquellos aficionados a conocer su árbol genealógico buscar tumbas de sus antepasados. 

Puede verse también que a la entrada y salida de este lugar hay personas vendiendo diversidad de flores, que para los que le son gratas es un buen lugar para conocer de las que casi no se ven en los viveros, o bien no están floreciendo.

Del cementerio provienen leyendas, que aún hoy son contadas por algunas personas. También para los que les gusta las procesiones el cementerio recibe varias en Cuaresma y Semana Santa; las del Señor de Esquipulas y la de la Inmaculada Concepción que entrando en este recinto da la bendición. 

Aunque cada una le hacen homenaje con alfombras de diversos colores, seguramente la que más resalta es la del Quinto Domingo de Cuaresma, donde la Hermandad de Jesús Nazareno de Santa Marta se esmera en proveer a los que acompañan el cortejo en este sector de velas.

La  entrada del cementerio se ve iluminada por muchas velas y luego al retirarse las andas de la Virgen y Jesús, se colocan estas junto a los difuntos, dando un detalle tan llamativo y poco conocido del lugar. Algunos derraman lágrimas al contemplar al Nazareno Redentor de Cautivos, ver las alfombras, el olor del incienso y el sonido de marchas fúnebres, que se suman a las oraciones y cantos que hacen las personas allí. 

Como guatemaltecos es necesario valorar el patrimonio que presenta cada una de estas construcciones, del arte y del arte efímero que allí se vive. Sólo si se toma conciencia de la importancia de estos lugares se puede mostrar su importancia y valorar lo que se tiene.



También te puede interesar otras publicaciones de Enrique Alfaro:

Comentarios

  1. Excelente artículo relacionado al cementerio. Es muy triste que en esta pandemia no se pueda entrar, en los cementerios privados si se puede ir a ver a los seres queridos

    ResponderEliminar

Publicar un comentario