Un Miguel Ángel más joven de lo previsto - Teatro

RESEÑA POR RODRIGO VILLALOBOS / 10 DE DICIEMBRE 2018

Texto extraído de la página 61 del libro compilatorio de Teatro de Miguel Ángel Asturias, realizado por Ediciones UNESCO en el año 2003.
Texto extraído de la página 61 del libro compilatorio de Teatro de Miguel Ángel Asturias, realizado por Ediciones UNESCO en el año 2003.

Estamos acostumbrados a entender que Miguel Ángel Asturias siempre fue un genio literario dentro y fuera de Guatemala. Además, se nos hace constante mención de obras de su autoría que rozan con facilidad nuestra memoria con solo escuchar sus títulos: Leyendas de Guatemala, El señor presidente, Hombres de maíz, por mencionar algunos.

Su incursión en el género lírico es menos conocida, casi tanto como su teatro, pues al considerarlo un precursor del «Boom latinoamericano», su compendio narrativo es el que despierta mayor interés y mayores motivos de investigación. De hecho, el caso que nos convoca en esta ocasión es la de Asturias dramaturgo, un desconocido para muchos.

Portada de la tesis de Miguel Angel Asturias: El problema social del indio
«El problema social del indio» (Tesis de M. A. Asturias de 1923), considerado por muchos críticos literarios como el primer gran texto de Asturias.

Hay un grupo de obras teatrales de la pluma de Miguel Ángel que son reconocidas con más facilidad que algunos poemarios incluso, será el caso de Soluna o Las fantomimas. Sin embargo, existe un texto bajo el nombre de El loco de la aurora que fue escrito, según algunas fuentes cercanas al autor, previo a su primer gran texto: El problema social del indio, tesis con el que se licenció entrados los años 20.

Este texto que fue publicado de manera póstuma tiene una relevancia imprescindible debido a que apareció con firma de la mano del mismo Miguel Ángel Asturias junto a la leyenda «Guatemala caída, 1917-1918», en clara referencia a los terremotos de la época; de ser así Asturias tendría solo 18 años al escribir El loco de la aurora. Si este fuera el caso, debería tratarse de la primera obra oficial de Miguel Ángel, uno muy joven y que presenta un claro ‘romanticismo tardío’, pero Asturias al final.

El loco de la aurora tiene un personaje principal que de manera literal desvaría mentalmente a mitad del desarrollo escénico, en sí, es una contextualización del amor ideal, los celos y la traición. Es una construcción escénica muy básica, que no da pauta a detalles de acotación pero que explora la prosa lúdica en los diálogos entre Carlos Manuel, Juan Señor y un tal José.

Si bien, no fuera esta la mejor obra de nuestro Nobel de Literatura, corresponde indicar que este texto responde a un inexperto Asturias de menos de veinte años frente a una máquina de escribir y con sus primerizas inquietudes literarias. Al afirmar esto podemos excusar al autor de su cliché de guion de telenovela mexicana con infortunios por doquier para todos sus actores.

En las obras posteriores de Miguel Ángel hubo un giro de 180 grados con relación a la sencillez de esta obra, pues Asturias consagrado es todo, menos un autor sencillo, desde sus bien o mal intencionadas ‘jitanjáforas’ (porque esta extraña manía de inventar palabras sigue siendo motivo de estudio crítico) hasta sus juegos fonéticos de tipo onomatopéyico con enrevesadas tramas narrativas y personajes retorcidos en todo sentido, como los de Mulata de tal.

Texto en prosa a modo de leyenda con el que da premisa la obra de teatro «El loco de la aurora» de Miguel Ángel Asturias
Texto en prosa a modo de leyenda con el que da premisa la obra de teatro «El loco de la aurora» de Miguel Ángel Asturias (Páginas 25 y 26 de la compilación de Teatro realizada por Ediciones UNESCO, 2003).

Con esto, nos quedará siempre la duda de saber si nuestros jóvenes escritores en la actualidad, es decir, en este contexto del posmoderno presente, donde muy pocos escritos han cobrado relevancia, estarán formándose para ser un nuevo premio Nobel, pasando de manera desapercibida con un texto básico y hermético desde la comodidad de sus chamarras, en casa y con laptop sobre las piernas.


Rodrigo Villalobos


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