Desde el principio de los tiempos, ha surgido dentro de los grupos sociales distintas clases establecidas de acuerdo a su poder económico. De igual manera, dentro de cada núcleo familiar y el modo de crianza existe una idea sobre lo que es la lucha del bien y el mal. Estos temas son abordados por Carlos Solórzano en su obra de teatro Las manos de Dios. En ella, sus personajes enfrentan distintas situaciones en las que deberán elegir ir en contra de lo que creen, seguir sus instintos, o evaluar lo que más les conviene y actuar con base a ello. Asimismo, pueden surgir diferentes discusiones en torno a su argumento y temas, como la religión y el poder, los cuales han estado siempre relacionados, pero llegan a ser bastante subjetivos.
Carlos Solórzano (1919-2011) fue un escritor y dramaturgo guatemalteco, naturalizado mexicano, nacido en la ciudad de San Marcos (Guatemala) y fallecido en la Ciudad de México. Conocido también por su crítica y teorización del teatro en la región hispanoamericana.
- El poder y el pueblo
El informe sobre democracias y desarrollo en América Latina 2009–2010 (2011) describe la relación de la población del continente con los distintos poderes que rigen el sistema de convivencia. Se reportaba que el poder judicial, el cual tiene la palabra final en cuanto a la administración de la justicia, «muy pocas veces se vincula con la ciudadanía» (p. 85). Con respecto a la relación con la Iglesia, este describe que «las organizaciones que actúan o tienen una relación con estas instituciones, están de acuerdo que la relación es desigual debido a que sectores de la Iglesia Cristiana tienen diversas formas de actuación» (p. 85). Ello quiere decir, que la relación depende de quienes están al mando de cada organización. Si ambas tienen líderes de pensamiento más abierto, se facilita la relación ya que permite trabajar por el bien de las comunidades.
- La Iglesia dice, y si lo dice, así es
En la obra de Carlos Solórzano podría interpretarse como una fuerte crítica hacia la Iglesia y el poder que tiene sobre sus fieles. Esto se interpreta a través de los diálogos y actitudes que muestran sus dirigentes. En las escenas de apertura, el Campanero experimenta la visita de un forastero que le advierte que el pueblo pasará hambre y angustia. Sin embargo, cuando se lo comunica al Sacristán y al Cura, estos le dicen que se estaba imaginando todo y que de seguro estaba bajo los efectos del alcohol. A pesar de que el Campanero lo niega una y otra vez, la presión tanto del Sacristán como del Cura llevan al Campanero a convencerse de lo contrario.
- La justicia
Después de estos episodios en los que el Cura domina al pueblo con una sola palabra, se presenta un nuevo personaje femenino. Beatriz es una joven que busca la libertad de su hermano y le pide al Carcelero que le ayude, pero este se niega a hacerlo. El Forastero, quien admite ser el Diablo, escucha los problemas de Beatriz y ofrece ayudarla. Después de mostrarle el futuro de su hermano, Beatriz accede a ir en contra de sus creencias para entrar a la iglesia de la localidad y robar las joyas que forman parte de la imagen de Dios, específicamente de sus manos; de ahí que toma el nombre la obra. Beatriz es descubierta y es el Cura quien decide cuál será el destino de la joven. A pesar de que el Carcelero ha formado parte del crimen, el pueblo únicamente enfoca su condena hacia la joven. El poder de convencimiento de la Iglesia nuevamente se manifiesta hacia el final de la obra en la que solo responden sí o no como réplica de la afirmación que hace el Cura.
- Lo único que queda
Como se mencionaba al principio de este ensayo, el debate sobre lo que es correcto y lo que no lo es puede llegar a extenderse por mucho tiempo, pues cada persona es distinta y, por lo tanto, tiene su propia forma de pensar. Cualquiera que sea la religión que se profesa, si se está de acuerdo con el pensamiento de que Dios castiga o no, o si es el propio ser humano el responsable de sus infortunios, es importante tener en mente que para la adecuada convivencia, algo es muy importante: mantener el respeto.
«Padre Eterno» que forma parte del retablo de la Purísima Concepción (fuente: https://www.retablosdebizkaia.com/elorrio-retablo-de-la-purisima-concepcion/).
- Referencias bibliográficas:
Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo. (2011). Informe sobre democracia y desarrollo en América Latina 2009-2010. Recuperado de:
Gracias a la colaboración de: Daniela Santamarina Gálvez.
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