Columna publicada anteriormente en Periódico El Sol de Colombia el 26 de octubre 2018.
Granada, Nicaragua
está ubicada a 45 km. sureste de la capital de Managua, a 30 km. del Aeropuerto
de Nicaragua y, aproximadamente, a 48 km. de las costas del Océano Pacífico. Tiene
acceso al Atlántico a través del río San Juan y el Pacífico a través del lago Nicaragua.
Esta
ciudad fue fundada en 1524 por Francisco Hernández de Córdoba, la ciudad tiene
una larga e interesante historia colonial. Entre sus históricas edificaciones
destaca la Iglesia y Convento de San Francisco, la cual guarda en su interior grandes
tesoros de la época precolombina. A Granada se le conoce como la “París de
Centroamérica”, o también como “La Gran Sultana”, este nombre fue utilizado por
primera vez en setiembre de 1882 por la escritora española conocida como «Baronesa
de Wilson» cuyo nombre era Emilia Serrano García (España 1843 - 1922), ella lo nombró
así por su volcán conocido como "El Sultán y su novia Granada". La
ciudad fue nombrada patrimonio histórico y cultural de Nicaragua el 2 de junio
de 1995.
En esta ciudad cautivadora y paradisíaca nació
la poeta Adriana
Patricia Cáceres Castillo el 26 de octubre de 1990. Es la menor de cuatro
hermanos, su infancia transcurrió en la ciudad de Nandaime (municipio de Granada) donde realizó sus estudios
primarios y secundarios; sus estudios universitarios los realizó en la Universidad Católica de Managua.
Desde muy
niña escribía cuentos y alegremente se los leía a sus progenitores que han sido
de mucha influencia e inspiración para su vida y mundo artístico, desde que
aprendió a leer sus padres la han guiado fielmente por el camino que hoy para
ella es divino.
A los 14
años inició a escribir poesía, en el 2008 ingresó a talleres de actuación que
se imparten en el Instituto Bellas Artes de
la Universidad UNICA, en el 2010 forma parte de la Sociedad Nicaragüense de Jóvenes Escritores. Sus poemas han sido
publicados en muchas antologías nacionales e internacionales en revistas y
también ella misma los ha leído en el Festival
de Poesía de Granada. Le escribe sensualmente al amor y apasionadamente a
la amistad, le inspiran los bellos paisajes naturales y su delicadeza al
escribir es fascinante.
En el 2014
publicó su primer libro titulado Mujer sin
bridas ni estribos. Comparto un
fragmento del poema “La travesía de su mano”:
«Recuerdo la
tenacidad de sus palabras
cargada de
risas traviesas
nuestro
deseo por sumergirnos
en el
mismo fragmento de sombra
su mano
atravesaba mis piernas
y encendía
mis dos volcanes
incitándome
a amarnos como gatos
lujuriosos
en aquél motel… hoy deseo
su mano
entre mis
piernas
su humedad
tibia
su hombría
quemando mi ser
desvaneciendo
a pedazos
mi cuerpo
preñado de emoción
por la
travesía de su mano.»
En febrero
del 2018 tuve el radiante privilegio de conocer a esta joven hermosa y
talentosa, en su brillante mirada era notable que la preciosa luna se
quedaba corta en elegancia. Leer la poesía
de Adriana es saciarse de inspiración; cabal en la vida sensual, su forma de
escribir poesía erótica es indescriptible, fácilmente a adoptado una narración con
sublime relevancia. Esta clase de lírica no cualquier poeta podría desarrollarla, al menos no con tanta belleza, cada vivencia cotidiana y de la manera en que toda pareja disfruta dulcemente en su intimidad…
Es
admirable que a su corta edad está bien entregada a la cultura, a pesar de las
dificultades económicas, culturales y socio-políticas que vive Nicaragua, ella no ha
claudicado. Si hubiese más jóvenes como Adriana, enfocados en promover y hacer cultura, el color
de nuestro presente a nivel mundial fuera maravilloso. Extiendo una felicitación a Adriana por sus
éxitos y espero que no pause, sin duda le espera lo mejor en un futuro más grato, es ejemplo de
la juventud literaria de nuestro istmo centroamericano.
Carlos
Javier Jarquín.
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