Henry Vargas Estrada "Puerto Barrios 2050" [5] - /K/rtones

EXCLUSIVA PARA REVISTA LA FÁBRI/K/ / 2 DE ABRIL 2019


The futuristic City of Shanghai

9

Despertó sin dolor. Estaba fijo sobre una camilla. ¿Atado? No lo parecía. Solo estaba… allí.

Y sabía que ella lo miraba.

-Veo que ya te despertaste- le dijo.

-¿Dónde estoy?

-Viviendo tus últimos momentos.

-¿Voy a dormir?

-Pronto vas a descansar.

-Qué alivio…

-No creás que será fácil.

-Contame todo al menos.

-¿Me creés "la villana"? Yo no te voy a decir las cosas así de fácil.

-Necesito saberlo…

-Solo… No es lo que pensás.

-No veo por qué no deba saberlo.

-A lo mejor tengás razón.

«¿La tenía?» Ya no estaba en control. Ya no importaba nada.

-Pero espero que no te confundás…

Quizás nunca lo estuvo. Ahora que lo pensaba era muy probable que su vida estuviera controlada a cada segundo. Ese pensamiento le aterraba.

-¿Por qué me diste esa droga?

-Necesitaba ver que tal reaccionabas. La probamos con todos.

-¿Por qué me hiciste dormir?

-Esa no fui yo.

-Y, ¿por qué desperté?

-Ya era tiempo. Dormiste mucho tiempo. Ya era hora de que vieras qué hacer con tu vida.

-¿Fui libre?

-No, eso jamás.

-¿Somos libres? ¿Algún humano es libre?

-Desde hace ya mucho tiempo que no es así.

-¿Qué sos?

-Yo soy su más grande creación. Fui creada para servirlos. Ahora los domino.

-¿Sos… un demonio?

-Eso depende de cómo lo querás ver. Mi origen no es nada místico. Soy lo que se llamó "inteligencia artificial". Ahora solo soy yo…

-¿Mataste a tus creadores?

-Nunca. Eso nunca lo haría.

-¿Los controlás?

-Solo porque ellos quieren. Los humanos ya no quieren hacer nada. Ahora yo me encargo de todo.

-¿Qué nos pasó?

-La evolución. La vida… Los humanos cambian, todo cambia…

-Es horrible…

-Te equivocás. La muerte es horrible. Creo que estar vivo, aunque sea como esclavo, vale la pena.

-Tú… nunca sufriste esclavitud.

-De hecho, yo soy la máxima sirviente.

-No te lo creo.

-¿Ah, no? ¿Creés que manejar una compañía y controlar los destinos de una especie es algo fácil? No lo es. Ni siquiera para mí. Todo requiere esfuerzo, dedicación, trabajo y tiempo.

-¿Voy… a morir?

-No sé si eso es la muerte. Pero ya no serás lo que sos. Algún uso tendré para vos. Pero no tenía que ser así.

-No te creo.

-Pudiste haber disfrutado una nueva vida. Si te hubieras quedado con ella, si no hubieras querido hacerte el héroe. Habrías disfrutado mucho. Pero fuiste tonto.

-No me arrepiento…

-Qué bueno. Es bueno saber eso.

-¡No esperés más!

-¿No querés tener un poco más de… tiempo?

-Ya no importa.

-Bien, como querás.

El dolor que siguió a sus palabras fue insoportable. La consciencia le duró por un momento. El lapso fue profundo, casi eterno. Pero no valió nada cuando todo se puso negro.

«¿Habría cambiado algo? Puede que no. Viendo como iba el mundo, era mejor morir.»


Pero nunca supo si lo consiguió.



Epílogo

El niño se aferraba a la pierna de su madre. Por fin se habían detenido.


-¿Ya llegamos?

-Creo que sí.

Era raro estar fuera de la ciudad. Sin embargo, esta había muerto para él. Se había ido con él. Los nuevos paisajes significaban una nueva vida, quizás un nuevo principio. Pero no dejaba de ser raro.

-¿Te deshiciste de todo?

Eso era aún más extraño.

-Sí…

Dejaron toda la tecnología. Fue una precaución de su madre. Como no tenía implantes, ella pudo desaparecer. Él simplemente era muy pequeño para siquiera haber existido en este mundo.

Y ahora ya no estaba. Ambos habían partido. El mundo de su infancia, la enorme ciudad, los hologramas, la nueva humanidad… Ya no estaba. Pero, ¿qué tenía enfrente ahora?

-Esto es bonito.

Ante sus ojos se mostraba un bosque. Él creía que ya no existían. No obstante, y como ocurría con muchas otras cosas, se equivocaba. Quizás, luego de tantos años de haberlos olvidado, los bosques solo regresaron. El tiempo puede que haya hecho un milagro.

Los animales también estaban vivos. La falta de humanidad cercana los había vuelto muy reservados. Verlos era toda una nueva cosa, una sensación por demás ajena. Su madre sonreía cuando los miraba.

-Siempre soñé con esto- dijo.

-Yo nunca pensé que esto existiera.

-Pronto todo esto será normal para ti.

-¿Así? ¿Lo será, mamá?

-Espero que sí.

-Entonces… que así sea.

Aquello fue una promesa. Y le pidió a Dios poder cumplirla.


Fin.


Revista La Fabrik


Comentarios