PUBLICACIÓN POR CARMEN BEATRIZ TOCAY / 6 DE FEBRERO 2020
Desde siempre la historia ha sido fuente inagotable para ser literaturizada, con ello el surgimiento del drama histórico como subgénero del drama. Se empieza a cultivar a finales del siglo XVI e inicios del XVII, entre los autores iniciadores de esta tendencia están Shakespeare, Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca, entre otros; en la actualidad sigue vivo este tipo de drama. Al igual que la novela histórica se caracteriza por recrear un periodo histórico ciertamente lejano (la temporalidad es definida por el autor), presenta eventos y personajes peculiares no ficticios. Antonio Buero Vallejo decía «el teatro histórico es labor estética y social de creación e invención, que debe, no ya refrendar, sino ir por delante de la historia más o menos establecida, abrir nuevas vías de comprensión de la misma e inducir interpretaciones históricas más exactas… ».
Desde siempre la historia ha sido fuente inagotable para ser literaturizada, con ello el surgimiento del drama histórico como subgénero del drama. Se empieza a cultivar a finales del siglo XVI e inicios del XVII, entre los autores iniciadores de esta tendencia están Shakespeare, Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca, entre otros; en la actualidad sigue vivo este tipo de drama. Al igual que la novela histórica se caracteriza por recrear un periodo histórico ciertamente lejano (la temporalidad es definida por el autor), presenta eventos y personajes peculiares no ficticios. Antonio Buero Vallejo decía «el teatro histórico es labor estética y social de creación e invención, que debe, no ya refrendar, sino ir por delante de la historia más o menos establecida, abrir nuevas vías de comprensión de la misma e inducir interpretaciones históricas más exactas… ».
En Guatemala los dramaturgos se han hecho cargo de
visibilizar el drama histórico con piezas teatrales como Doña Beatriz, La Sinventura, de Carlos Solórzano obra ambientada en
Guatemala, en la época colonial, trasluce la primera catástrofe natural
ocurrida en la segunda capital de Guatemala, en el Valle de Almolonga, arrasada
por la correntada de agua que bajó del
volcán Hunahpú, el 10 de septiembre de 1541, los personajes principales son los
españoles Doña Beatriz de la Cueva y Pedro de Alvarado; también la obra de teatro Árbenz, el coronel de la primavera de
Manuel Arce, se centra en datos cronológicos que van desde el inicio de la
conquista española, la llegada de Arévalo al poder, hasta el año de 1954, en
los últimos días del gobierno del presidente Árbenz, tomando el papel
diversidad de personajes, los cuales sus nombre figuran en la historia
guatemalteca de la época.
Estas obras han servido como una brevísima explicación acerca
del drama histórico escrito por dramaturgos guatemaltecos del siglo XX, que sin
duda se reconoce su labor documental a tan arduo trabajo. Hoy en día en este
nuevo siglo aún se sigue cultivando este subgénero y, entre las piezas
teatrales de este tono, cabe destacar Retrato
del pintor en sanguina, del dramaturgo guatemalteco Rubén Nájera. Es una
obra que nos transporta a un pasado no muy remoto, en 1912, para ser más exacto
ciento siete años atrás, lo cual sugiere parte de la vida del pintor Carlos
Mauricio Valenti Perrillat, quizá los momentos más álgidos de sus vivencias
durante su estancia en Guatemala y sus
últimos cinco meses de vida en París, en donde tuvo que lidiar con su
enfermedad lo que seguramente es lo que más le atañía en su vida artística, los
problemas con su vista y su fatal decisión de suicidio, esto como pequeño
resumen de su biografía.
Fotografía del artista Rubén E. Nájera Contreras, escritor y dramaturgo guatemalteco.
Fuente: Teatristas chapines.
Esta obra no se rige exactamente por los datos biográficos
del pintor, sino muestra una versión diferente de la historia. Para empezar los
nombres de los personajes no se encuentran como usualmente se conocen, entre
ellos están Stefano Rosso (Carlos Valenti) Esteban (Carlos Merida), Estefanía,
madre de Stefano (Helena Perrillat-Bottonet), Fanny, Steve y Etienne (amigos).
La historia se basa en la extraña enfermedad del pintor, su sintomatología y su
fatídica muerte, con ello las constantes interrogantes de sus amigos, que
aluden la supuesta predilección de Stefano por pintar con color sanguina o
bermellón, tal color refleja la
presencia de la muerte. Por otro lado,
las variadas referencias de su madre acerca de su infancia, su juventud y de los
pros y los contras de Stefano como pintor en Guatemala, en tanto sus miedos y
tristezas por la enfermedad de su hijo y el singular intercambio de cartas con
Esteban amigo de Stefano que siempre mantuvo al tanto a lo que acontecía con
él. Además, refiere una relación amorosa entre Stefano y Fanny una bailarina
francesa. El desenlace sucede con la complicidad de Esteban por darle
una sobredosis de láudano y narcótico a Stefano lo cual pidió con
desesperación a su amigo.
En cuanto al cambio de la versión de la historia, acaso,
¿podría estar mal? quizá para los dramaturgos más tradicionales, sí, pero para
los que tienen visión renovadora no, tal como lo hace ver el dramaturgo español
Antonio Buero Vallejo «El autor no tiene por qué ceñirse a total fidelidad
cronológica, espacial o biográfica respecto de los hechos comprobados, es cosa
en la que no hay que insistir. Un drama histórico es una obra de invención, y
el rigor interpretativo a que aspira atañe a los significados básicos, no a los
pormenores… Escribir teatro histórico es reinventar la historia sin destruirla;
reinvención tan cierta que, a menudo, personajes o situaciones enteramente
ficticios tienen no menor importancia que la de los personajes o sucesos
propiamente históricos». (Buero Vallejo, 2005).
Buero Vallejo aduce en constancia que el autor debe tener
destreza para mezclar los hechos
ficticios sin dañar de cierto modo los hechos históricos, por ello
insiste en la idea de reinventar la historia sin intención de destruirla.
«Ahora bien, para alcanzar la interpretación histórica de fondo que permita
negar la tradicional y adelantarse a ella, manteniendo sin embargo el derecho a
llamar «histórica» a la obra, hay que ejercer especial tino al mezclar aspectos
inventados o destacados con la fidelidad, nunca vulnerable del todo, a los
hechos históricos. Para acertar en la tarea, de dos cosas precisa el autor
resuelto a dar una versión enriquecedora y no tradicional de personas y
acontecimientos pasados: el conocimiento profundo de lo realmente sucedido y de
sus causas, tanto sociales como psicológicas, por un lado; la intuición de la
«intrahistoria» posible que los hechos documentados no pueden dar, por el
otro». (Buero Vallejo, 2005). Ante estas
aclaraciones de tan notable dramaturgo como Buero Vallejo, hace ver que Nájera
como autor está consciente de los datos biográficos de Valenti así como de los
hechos históricos de la época, en la obra está claro que está inmersa la
intrahistoria por aquellos hechos que están ahí, pero no están documentados, se encargan de mostrar, conocer y percibir el lado humano de
los personajes.
Entre tanto es necesario hablar como se conforma los espacios
en escena, la cual según acotaciones del autor el escenario debe estar dividido
en cuatro espacios uno que presente la habitación de Stefano y Esteban en
París, otro el patio de la casa de la familia Rosso en Guatemala, en otro
ángulo el escritorio del médico, y lo que sobra del escenario seria el estudio
del escultor Etienne, resulta que la división es de cuatro espacios escénicos,
y es porque la obra se caracteriza por estar divida en seis capítulos y con
ello cada capítulo está conformado por subcapítulos, entonces sucede que
conforme acontece la historia se necesita tener estos cuatro espacios en escena
porque tiene carácter simultaneo lo que acontece, por ello es viable este tipo
de escenografía.
El escenario tiene varias divisiones. Al fondo,
como un teatro dentro del teatro, la habitación de Stefano y Esteban en París.
En ángulos asimétricos, un rincón del patio de la casa de los Rosso en
Guatemala, con un cuadro del mismo patio pintado por Stefano Rosso y el
buró del Médico. El resto del escenario,
en cámara negra, representa el estudio de Etienne con una escultura hecha a
base de objets trouvés, una suerte de retrato cubista de Stefano que
gira sobre su base. (Retrato de pintor en sanguina, 2014,
p.24-25).
Pero, para que estos cambios de escena sucedan es necesario
de valerse de la luminotecnia, los cambios de luces son muy importantes, porque
logran centrar la atención en cada uno de los espacios, también se busca el
efectos emocional y connotativo que la luz enfoca dependiendo de las
circunstancias. En la escena del
entierro de Stefano en el cementerio de
Montparnasse, la luz blanca se enfoca sobre
Etienne, la luz recrea un ambiente frío,
mientras este cuenta lo sucedido
mientras sepultan a su amigo.
II
Funerales
Un haz de luz blanca ilumina a Etienne. Al
fondo sombras representando un entierro en la cúspide de una colina. (Retrato de pintor en sanguina, 2014,
p.29).
En la escena den ‘El rojo’,
una luz roja se dirige hacia la habitación en París de Stefano y
Esteban, la luz roja simboliza la enfermedad que aqueja a Stefano, relacionado
con su problema de visión, esto lo lleva
a un estado de pesadillas. Se aprecia el
juego de voces de los personajes que van
y vienen que logran atormentarlo hasta que logra despertar.
III
El rojo
La habitación de Esteban y Stefano, perdida en
una penumbra rojiza, con reflejos ondulantes, como si estuviese sumergida en el
fondo del mar. Stefano vive una pesadilla. Las voces, cavernosas, lentas se
escuchan en el ambiente, yuxtapuestas, y dejan entender solo algunas palabras.
(Retrato de pintor en sanguina, 2014,
p.35).
En cuanto a la simultaneidad en el escenario se aprecia en cada uno de los cambios de luz, cuando dos
de los espacios escénicos se conjugan, esto se aprecia cuando una luz enfoca
sobre la habitación en París, donde
Esteban escribe una carta dirigida a Estefanía, a quien anuncia que Stefano ha
muerto y lo doloroso que es para él. Luego la luz se enfoca hacia Estefanía
quien recibe la noticia y luego ella lee una carta dirigida a Esteban. Cabe
mencionar que esta complicidad de intercambio de cartas entre Estefanía y
Esteban se puede notar en otras escenas.
3
Esteban, sentado frente a la mesa de la
habitación escribe. En otro ángulo del escenario se ilumina el patio de una
casa de principios del siglo, en Guatemala. Estefanía, sentada en un viejo
sillón de nombre, lee una carta. (Retrato
de pintor en sanguina, 2014, p.33).
En cuanto a la decoración el que más llama la atención es el
estudio del escultor Etienne, el autor acota que es un espacio lleno de
esculturas fabricadas con objets trouvés (es un arte
realizado mediante objetos que no se consideran artísticos, siendo de
los pioneros el artista francés Marcel Duchamp, en inicios del siglo XX). En esta habitación resalta una escultura
realizada con tal tendencia, esta representa a Stefano y además es una especie
de retrato cubista, el cual gira sobre un pedestal.
I
Preludio
El escenario se ilumina poco a poco de rojo,
revelando el estudio de Etienne, un espacio lleno de esculturas fabricadas con objets trouvés, en medio de las cuales
sobresale la que representa a Stefano, inconclusa, en cuyos detalles finales
trabaja, más como un mecánico que como un artista… La escultura gira sobre un
pedestal, lentamente, con un chirriante sonido de engranajes oxidados. (Retrato de pintor en sanguina, 2014,
p.29).
Carlos Valenti Perrillat, reconocido pintor francés oriundo de París que vivió en Guatemala (1888-1912).
Fuente: Wikipedia.
Francisco Nájera hace que esta obra se caracterice por sí sola, puesto que reinventa la historia; no se queda con los datos biográficos sino que nos cuenta
una historia distinta a la que ya conocemos, eso le da originalidad, no está
destruyendo nada, solamente está dando un toque distinto. Tomando otro punto en
cuanto a escenografía, la estrategia de montar cuatro espacios escénicos en el
mismo escenario parece muy eficiente, porque
no requiere cerrar el telón para cambios de escena sino que es la luz la
que se encarga de centrar la atención según corresponda el espacio. Para
resaltar un último aspecto, cabe elogiar que esta obra es singular porque, da
la sensación de que puede ser leída con comodidad, ya que tiene un aspecto muy narrativo, y eso no quita también que
sería excelente verlo en la puesta en escena. Dejo acá una breve biografía de
Nájera, es necesario conocerlo porque poco se sabe de tan excelente dramaturgo.
Rubén Estuardo Nájera Contreras, nació en ciudad de Guatemala, el 13 de abril
de 1954, es Ingeniero Civil egresado de la Universidad de San Carlos de
Guatemala. Es un
dramaturgo laureado de los Juegos Florales Centroamericanos de
Quetzaltenango, las tres obras son Silva
o La Conspiración (1986), 1649 (1989) y Clitemnestra ha muerto (1991) por
lo cual le fue concedido el rango de Maestre de Teatro en 1991. En 1997, en
coordinación con Alfredo Porras Smith creo el ciclo de Teatro en concierto, con
lecturas interpretativas de teatro. También ha incursionado en la narrativa y
poesía, también como ensayista, traductor, ha dado diferentes talleres de
dramaturgia y ha sido jurado en diversos certámenes. En el 2009 con el libro de
poesía Aguas del olvido se hace
merecedor del Premio Mesoamericano de Poesía “Luis Cardoza y Aragón”. Sus obras
han sido dirigidas por directores como
Alfredo Porras Smith, Luis Tuchán, Dick Smith, Xavier Pacheco, Pascual
Antonini, entre otros.
Bibliografía
- Contreras, R. E. (2014). El punto secreto . Guatemala : Editorial Grupo Amanuense .
- Vallejo, A. B. (2005). Biblioteca virtual Miguel de Cervantes. Recuperado el 15 de Mayo de 2019, de "Acerca del drama histórico": http://www.cervantesvirtual.com/obra/acerca-del-drama-historico--0/.
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