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Imagen cortesía de Carlos Jarquín. De izquierda a derecha: Ela Urriola, Carlos Javier Jarquín y Lucía Alfaro Araya, poeta costarricence. |
En la recién pasada Feria Internacional del Libro de Costa Rica 2019, tuve el privilegio de
conocer a la excelsa escritora panameña Ela Urriola. En el marco de la XV Feria Internacional
pude contactar a Urriola para hacerle una entrevista exclusiva para los distinguidos lectores
de este prestigioso medio de comunicación.
Ela nos habla en síntesis sobre su interesante trayectoria literaria y artística. También
nos habla de sus dos libros que presentó en la FIL. Leer a Urriola es
accidentarse e inundarse dignamente en meditaciones y reflexiones, su forma artística y literaria de expresarse es auténtica entre la poesía contemporánea de nuestro maravilloso subcontinente latinoamericano. ¡Felicidades maestra!
Ela Urriola nació en Panamá en
1971. Es escritora, poeta, pintora y profesora de filosofía. Obtuvo un
Doctorado en Filosofía Sistemática en la Karlová Univerzita, Praga. Dicta las
cátedras de Estética en la Facultad de Bellas Artes en licenciatura y maestría,
y Filosofía, Ética, Bioética y Derechos Humanos en la Facultad de Humanidades.
Es miembro del Comité de Bioética de la Universidad de Panamá.
Ha
participado en innumerables recitales y homenajes a poetas latinoamericanos y europeos,
y en disertaciones sobre literatura y exilio, siendo este un tema importante
que marcó su vida. Ha publicado artículos sobre arte, filosofía y ética en
revistas especializadas y diarios panameños e internacionales. Ha sido
antologada en diferentes publicaciones y ha colaborado en diversas antologías
poéticas y de narrativa. Sus poemas han sido traducidos al inglés,
portugués y checo.
***
Carlos Jarquín: ¿Cómo describe
la influencia de sus padres en su vida literaria y artística?
Ela Urriola: La psicopedagogía ha demostrado la importante influencia que tiene la
dimensión afectiva y creativa en la infancia. Desde mi experiencia puedo
constatar que, a pesar de las vicisitudes del entorno –y digo esto porque mi
infancia transcurre en otro país, durante el exilio al que fue sometido mi
padre, con todas las carencias que ello pueda implicar-, si un niño encuentra
en su hogar amor e incentivos creativos, es muy probable que su confianza en el
mundo sea mucho más fuerte. Y crear significa asumir nuestra responsabilidad de
estar en el mundo. La libertad y la autoestima, el respeto y la capacidad
creativa se empiezan a cultivar en la formación primera, en la infancia. El espacio y la
reflexión que permite la creatividad, esto es, los puentes entre lo escrito y
quien lo lee, la inevitable conexión entre el espectador y la obra,
Si somos capaces de empatía mediante la obra (cualquiera sea su naturaleza)
entonces somos capaces de comunicar sentimientos, valores y juicios acerca del
mundo que habitamos. Sí, definitivamente debo agradecer a mis padres y me
siento comprometida a hacer un llamado a nuestros gobernantes para que se
garantice el bienestar social y la cultura, de manera que tengamos mejores
ciudadanos: ciudadanos libres y, en la medida de lo posible, felices.
CJ: ¿De qué
manera los padres pueden ayudarles a sus hijos, a descubrir sus talentos en
esta era tecnológica?
EU: Todo talento
se descubre mediante el contacto y la comunicación. En estos tiempos donde la
tecnología es omnipresente la comunicación se suplanta con información temporal
y el contacto humano con “likes”. Por supuesto, existen programas y plataformas
de orientación didáctica, y esto es maravilloso, pero no cabe duda de que la
máquina (todavía) no puede sustituir al humano. Y esto resulta válido tanto en
la esfera creativa como educativa y laboral. Los padres deben estar cerca del
crecimiento integral de sus hijos y no deben limitarse en alentar destrezas
sino que deben participar de la formación de un pensamiento crítico y creativo
de sus hijos. La tecnología debe ser siempre una herramienta que fortalezca las
mentes no que las uniforme.
CJ: ¿Qué
descubrió primero el arte de las letras, o pintura ¿Cuántos años tenía cuando
despertaron sus talentos?
EU: Es probable
que ese encuentro llegó al unísono. Mis padres nos cantaban en casa, nos
dibujan y nos leían cuentos, de manera que crecimos en medio de diferentes
formas expresivas. Ellos son educadores, y como educadores es posible que su
pasión y sus conocimientos contribuyeron a esa relación que establecí con la
literatura y la pintura. Si pudiera precisar cuándo ocurrió, me remontaría a
esas páginas que aún atesora mi madre, cuando yo me inventaba historias a los
tres años y las ilustraba. O, por ejemplo, cuando les hacía tarjetas con motivo
de los cumpleaños y escribía algunos intentos de versos, esmerándome mucho en
confeccionar las imágenes de las portadas. Pero lo más divertido era cuando
–para los días de la Madre o cumpleaños- yo hurgaba entre los collares de
cuentas de mi madre, y luego los deshacía para rehacerlos, con nuevas formas y
diseños, de un solo collar era capaz de confeccionar aretes, pulseras y brazaletes.
Ahora que lo pienso no debió haber sido muy divertido para ella, pero los
aceptaba con una sonrisa y yo a mis siete u ocho años me sentía realmente feliz
de haberle podido hacer un regalo.
CJ: ¿Qué tal se
desarrolla la producción literaria contemporánea, de las mujeres jóvenes de
Panamá?
EU: Una variedad
de estilos y voces se escuchan en el Panamá de hoy. Chicas que estudian o
trabajan, o que apenas están terminando la escuela, encuentran en la literatura
una posibilidad expresiva donde confluyen intereses y problemas propios del
mundo actual. Esto resulta muy interesante porque si la sociedad hace oídos
sordos de lo que preocupa a los jóvenes, la literatura siempre estará allí para
elevar esa voz. Así, tópicos como el bullying, el acoso, el ciber acoso, los
derechos humanos, la política, la visión del presente y del futuro, pero
también las experiencias amorosas y las ilusiones, son llevadas al papel por
jóvenes panameñas que ahora se hacen escuchar, sea participando en antologías,
escribiendo sus libros o compartiendo estas expresiones en las diversas
plataformas y medios digitales. Es muy importante que nuestros jóvenes se
cultiven, conozcan los escritores nacionales, los clásicos, se interesen en el
mundo que habitan, sean críticos del entorno y, por supuesto, se dispongan a
compartir sus vivencias. Y estoy doblemente feliz si se trata de jóvenes
panameñas.
CJ: ¿Qué
representa para usted ser partícipe de la XV Feria Internacional del
Libro de Panamá 2019? ¿Cuántos libros presentará?
EU: Es una cita
muy feliz con la literatura, con colegas nacionales e internacionales. Y es muy
especial este año porque estoy presentando dos libros, uno de ellos premiado
con nuestro máximo galardón para la poesía. Pero lo que más me ilusiona es el
intercambio con nuevos lectores, con la gente joven y entusiasta que, a fin de
cuentas, es el futuro de nuestro país. Sin ellos, el panorama sería muy gris:
necesitamos una sociedad crítica y creativa para no perder el rumbo, y no solo
en Panamá, sino en el mundo entero; una juventud preparada para asumir los
retos generacionales con el planeta, con la violencia, la miseria y las
diferentes formas de alienación.
CJ: Su poemario,
“El vértigo de los Ángeles” fue presentado en esta FIL. Públicamente agradezco por
haberme obsequiado este magnífico ejemplar, he disfrutado muchísimo de su
lectura.
EU: Gracias a ti,
Carlos, por tu compromiso con la cultura y la sociedad. Haces un trabajo
excelente.
El vértigo de los ángeles se
presentó el día sábado 17 de agosto. Fue un honor para mí que lo presentara la
poeta Lucía Alfaro, poeta costarricense, una mujer comprometida con los ideales
y la palabra, pero también con la acción.
CJ: “La voz sin
nombre”, (El niño de Granada), del poemario
El Vértigo de los Ángeles. ¿Qué le inspiró y cuándo escribió este poema?
EU: Ese
poema lo escribí en Granada, Nicaragua. En medio de actividades literarias y
leyendo las noticias, pero sobre todo con los ojos bien abiertos donde entraba
dolorosamente la desigualdad, me senté en un parque y no paré hasta escribirlo.
El niño de Granada puedes ser
tú, querido Carlos, con toda esa lucha y esos ideales que te han llevado a
buscar -en otra parte, lejos de tu patria- la posibilidad de existir. El niño de Granada es, al mismo
tiempo, todos los niños del mundo, niños olvidados por los adultos, vulnerables
e incapaces de entender este olvido. La
voz sin nombre (El niño de Granada es el subtítulo) es un poema en el
cual aspiro a darle sonido y palabras a esas voces. Debemos mirar hacia los
niños o no podremos ni imaginar el futuro.
CJ: ¿Cuándo
escribe o pinta, escucha música o está
en silencio?
EU: Me gusta
pintar y escribir con música. Pero la verdad es que la inspiración no siempre
llega en el momento en que uno decide cómo materializarla, así que a veces
escribo en una cafetería, en un tranque, en medio de un evento... Pero lo ideal
es que escriba o pinte en la noche, con mi música favorita.
CJ: ¿Abordas los mismo temas en poesía y
narrativa? ¿A cuál género literario le
entrega más tiempo?
EU: El género lo
decide por mí. Es tan arbitrario esto de los modos expresivos, ellos se
apropian de uno, poco o nada decide mi conciencia: a veces llega una imagen
para un cuadro, a veces una palabra para el pie de un poema, otras veces
leyendo las noticias la única manera de sacudirme el asco de la realidad es
escribiendo una historia, un cuento.
CJ: En el
poemario “La nieve sobre la arena”,
¿Cuál es la temática de mayor énfasis? ¿Háblame un poco de su portada?
EU: Es una
travesía experimental donde se intercalan los afectos, la memoria, las
historias de otros que alguna vez me contaron, la temática erótica, la vivencia
personal entre otros. Conocí primero la nieve que la arena del mar, de ahí el
título. Luego el formato es libre, nada conservador. La portada del libro es un
óleo que se llama El abrazo, y lo pinté después de una ruptura. Allí hay un
poema a mi abuela, a quien quise mucho. Y también hay otros poemas sobre la
búsqueda, en general, que puede significar tantas cosas, dependiendo del
lector.
CJ: ¿Cuál es el
tema central del libro “La edad de la rosa”? ¿en quién está inspirado? ¿Por
qué este nombre?
EU: El tema
central de La edad de la rosa es, precisamente, acercar el trabajo, la vida y
la capacidad creadora, pero también el sufrimiento y el abismo de grandes
mujeres de la poesía y el arte universal. El resultado es un libro que pone a
hablar a más de quince mujeres: cada poema es la voz, el grito, la furia, el
dolor, pero también el placer y la reivindicación de los sueños de magníficas
guerreras de la palabra y el pincel.
En La edad de la rosa el proceso creativo y las motivaciones fueron
distintas al poemario anterior. Para mí era importante reinventarme en un
lenguaje poético que alcanzara a transmitir la fortaleza y la vulnerabilidad de
la mujer creadora en relación a su tiempo. Partiendo de una búsqueda en el
lenguaje que me permitiera liberar su esencia en sociedades que, por las
estructuras socio-políticas, pudiesen aplastar a la mujer que piensa, pinta,
escribe y escribe lo que piensa o siente,
me encontré con las particularidades de esas sociedades y culturas; era,
pues, imprescindible establecer esa relación: la de la identidad de una
sociedad, sin olvidar la identidad de una mujer. Utilicé la rosa por la carga
simbólica que conlleva, y en los apartados del libro el lector se encontrará
con las partes de la flor que se va desmembrando, conforme develamos la luz
creadora de cada mujer que le da nombre al poema: gineceo, carpelos, anteras.
Dado que las escritoras y artistas que inspiraron mi trabajo provienen de
sociedades y creencias disímiles, me embarqué en una investigación que me llevó
a comprender la belleza de un huipil, la cadencia lunfarda o la dulzura de una
cumanana peruana. Estas son, grosso modo, algunas pinceladas de este nuevo
libro: La edad de la rosa.
CJ: De todos sus
libros publicados ¿Con cuál se identifica más? ¿Por qué?
EU: Todos representan
la forma en que el mundo me tocó en el momento que los escribí, por eso no me
atrevería a decir que hay uno en específico con el que me identifico más. Pero
debo confesar que La edad de la rosa
es un libro que me hace particularmente feliz, por lo complejo que fue el
proceso de investigación que le antecedió (investigar biografías,
idiosincrasias, culturas de estas mujeres a quien está dedicado), pero también
por el propósito de visibilizar a la mujer creativa, la época, las vicisitudes
cotidianas que la ponen en desventaja, por ejemplo, con sus pares masculinos
creadores, ya sea pintores o escritores. En la portada de este libro aparezco
con un vestido que perteneció a mi madre cuando ella tenía diecinueve años, y
es un vestido similar a uno que vi en una fotografía de Sylvia Plath. Esta
imagen es, de alguna manera, un homenaje a mi madre, una mujer que, gracias a
sus sacrificios y tenacidad, me ha permitido ir en pos de mis sueños.
CJ: ¿Qué
significa para usted haber ganado en 2014 y 2018, el Premio Nacional de
literatura Ricardo Miró?
EU: Este doble
premio nacional significa retos y aprendizaje. Un premio (o dos) no lo hace a
uno mejor escritor o escritora, pero propone una revisión de objetivos y metas,
de autocrítica y de respaldo al trabajo realizado. Estoy muy agradecida con mis
lectores y prometo seguir sorprendiendo.
CJ: ¿Cuál será su
próximo libro a publicar?
EU: Están en
proceso de publicación dos libros de ensayos, esta vez de mi especialidad:
Bioética y Estética. Espero publicar la segunda parte de La edad de la rosa, con otro título,
por supuesto, pero siguiendo la temática de la mujer creadora. Este nuevo
poemario incluirá otros nombres, como las maravillosas escritoras y pintoras
centroamericanas; realmente hay muchos proyectos por delante, muchos temas que
debemos retomar, como el que a corto plazo quisiera hacer público: la
literatura panameña de los años sesenta y setenta. Acabamos de hacer una
colaboración con unos escritores en una investigación que se fusionó en un
video y seguramente esperamos llevarla a otro formato. Seguro te haré llegar la
primicia, Carlos.
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Imagen cortesía de Carlos Jarquín. |
Premios obtenidos
- 2014 - Premio Nacional de Literatura Ricardo Miró en Poesía con su
obra La nieve sobre la arena.
- 2015 - Premio Nacional de Cuento José María Sánchez con su obra Agujeros negros
- 2018 - Premio Nacional de Literatura Ricardo Miró con el poemario La edad de las Rosas
- 2019 - Premio Anita Villalaz, “Escritora del Año” Valores perennes.
Obras publicadas
- La nieve sobre la arena (Poemario, Editorial Mariano Arosemena. Panamá, 2015. Impreso en Editora Sibauste.
- Agujeros negros (Cuentos, Editorial Tecnológica, Panamá 2016). Impreso en los talleres gráficos de la UTP.
- La edad de la rosa. (Poemario Editorial Mariano Arosemena. Panamá, 2019). Impreso en Editora Sibauste.
- El vértigo de los ángeles. (Poemario, Panamá, 2019.) Impreso en Litho Editorial Chen, S.A.
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