PUBLICACIÓN POR CARLOS JARQUÍN / 11 DE OCTUBRE 2019
De izquierda a derecha: Camilo Sesto, Juan Gabriel, José José y Rocío Durcal.
Septiembre llegó
rápidamente y también se ha marchado con apresurada velocidad, durante su estadía
se llevó físicamente a dos grandes ídolos de la música, dos maestros que
dejaron tatuajes en el corazón de millones y millones de habitantes de todo el
mundo, en especial, de nuestro idioma. Camilo
Blanes Cortés, más conocido como Camilo
Sesto, nació en Alcoy, España el 16 de septiembre de 1946 y falleció en
Madrid el 8 de septiembre del presente año. Su legado como cantante,
compositor e intérprete ha sido y será excelso motivo de inspiración para todos
los que aprecian el maravilloso arte de la música.
José
Rómulo Sosa Ortiz, más conocido como José José o “El Príncipe de la Canción”, nació en México el 17 de
febrero de 1948 y falleció en Miami Florida, este pasado sábado 28 de
septiembre del presente año. Se habla que fue un cantante empírico, que jamás
llevó estudios musicales formales en un conservatorio, su voz y el contenido
exquisito de sus canciones han sido culpables de que muchas parejas se encuentren felizmente enamorados.
Se estima que José
José ha vendido más de 80 millones de discos en sus 55 años de carrera. En
México, según las estadísticas discográficas, su álbum Secretos es el más exitoso con más de 11 millones de copias
vendidas desde su lanzamiento en 1983 y reedición en 2013 cuando se celebraron
los 30 años de dicho lanzamiento. Ha sido uno de los pocos artistas que ha
recibido prestigiosos e incontables premios y reconocimientos nacionales e
internacionales. A lo largo de su
carrera, alcanzó los más grandes premios de la industria musical por mencionar
algunos: Grammy, Grammy latino, Premios El Heraldo de México, Estrella en el
Paseo de la Fama de Hollywood y otra en el paseo de la fama de Las Vegas.
Camilo Sesto y José
José, son artistas legendarios e inolvidables, las huellas artísticas de ambos, son sinónimo de inspiración, respeto y de perpetuo asombro cosmopolita. Cuando
un artista muere físicamente, significa que su legado torrencial inicia a
despertar un mágico e indefinible deslumbramiento. El que se esfuerza apasionadamente
por lo que ama, se convierte en vencedor y la brillante historia le
agradece. Hay
personas que nacen para fabricar y cultivar obstáculos en las vidas de sus
contemporáneos y otros que nacen para iluminar a incontables generaciones, cada quien decide que tanto desea encender su espacio en el universo, como estos dos grandes lo hicieron a través de sus melodías y letras.
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