LIBRO - Una disección del libro "Disección de cuerpos" de Gustavo Bracamonte


Portada de «Disección de cuerpos» del poeta Gustavo Bracamonte.

Lo vuelve a hacer este creador. Disección de cuerpos nos conecta con lo cotidiano y con las cosas más simples y sencillas que al ser tocadas por la luz de la mirada del poeta se abrillantan y nos hacen percatarnos de su existencia y su importancia en nuestras vidas. Lo simple elevado a la grandeza.

Este libro cumplió con mis expectativas. Me atrajo desde que lo vi, pues la cubierta es llamativa y el título suma atractivo y curiosidad. Es un poemario que, sin duda, muchos quisiéramos haber escrito.

Antes, durante y después de leerlo pensé que valía la pena diseccionar la obra y al autor mismo, Gustavo Bracamonte. Atinada la temática que escogió, es inagotable. No me extrañaría que planee otras publicaciones como secuela, podría ocuparse en conjuntos como diseccionar cuerpos de un banco, de una cantina, de bomberos, de policía, un gimnasio, una veterinaria, morgue, cementerio, diseccionarse a sí mismo, etcétera.

Los poemas, como es el estilo de Bracamonte, vienen ataviados de figuras retóricas exquisitas, cito tres:

«Diseccionar los abrazos...
bejucos del alma que se expanden en el apretón»

«Y si diseccionas el cabello...
encontrarás horas capilares retorciéndose
en el angustioso insomnio»

«Al diseccionar la risa de una mujer...
se levantan las tardes de su sepultura
y las bahías grises respiran el alba»

Al abrir este cuerpo de papel estético, abrí muchos otros cuerpos, me encontré con una piedra, relojes, la risa de una mujer, un pelo, un gato muerto, la almohada, colilla de cigarro, sombrero, camisa, botella de merlot, una naranja, una almendra, un candil, valija, abrazo, la matriz...

Bracamonte entró al destazadero poético con un bisturí de versos perfectamente afinado y procedió a la labor de parto con la especialidad en la punta de la pluma; cada objeto, o cuerpo, le entregó su esencia y él a nosotros, los lectores privilegiados.

Tres veces cuarenta. Gustavo viene convertido en padre de cerca de cuarenta publicaciones, o cuerpos, que hemos ido diseccionando con el placer explayado. Escribe poesía desde hace más de cuarenta años. Y cabe la coincidencia en número que Disección de cuerpos contiene cuarenta piezas disímiles de buena factura. Habría que diseccionar una celebración al más alto nivel por este hat trick, ¿no?

Gustavo Bracamonte, escritor y docente guatemalteco oriundo de Chiquimula.

En la poesía de Bracamonte prevalece la estética al mismo nivel que la temática social, política y de la cotidianeidad. En el caso presente, nos pone a la vista y nos lleva al interior de los objetos que nos rodean, a la sensibilidad, y nos llama a advertir que las, aparentemente, pequeñas cosas forman parte valiosa de nuestra vida, que también están dentro de nuestro corazón.

Dejo ahora un probador en la cola de este Salto de liebre para picarlos con la seguridad de que despertará las ganas de leer todo el poemario:

«Una naranja dentro de un cesto
parece un sol reducido a naranja
con cáscara de sol húmedo,
con cada gajo un compartimiento
de válvulas agridulces
que interactúan en redes
de alucinaciones acuosas,
las semillas constituyen
esos ovarios vigentes
que no requieren ser fecundados
para producir vida,
vida en naranjos que amanecen
mirando el sol
para colgar naranjas dulces
a la mano del viento y de la luz»

Fotografía principal y colaboración especial del artículo: Rómulo Mar.

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