PRESENTACIÓN - "Dron", la más nóvel propuesta narrativa de Editorial X

Hay quien dice que las más interesantes propuestas llegan de los lugares mas inusitados; y la disruptividad ha sido elemento característico en las obras y proyectos trabajos por EditorialX, lo inusitado, que es caracteristico de la disruptividad ha sido el elemento diferenciador de EditorialX, saber mostrar propuestas novedosas y variadas  a lo largo de los años de su existencia como una  una constante.

Este seis de diciembre, Editorial X trae para los lectores guatemaltecos y a la escena centroamericana la publicación de la obra Dron del escritor salvadoreño Mauricio Orellana nacido en 1965; que cuenta con mas de 18 años de oficio literario, y se ha destacado como colaborador independiente cultura, corrección de estilo y  traducción independiente.



Orellana, es un escritor que se ha mostrado crítico en el pasado de los idearios sociales salvadoreños y se define a si mismo desde una postura LGBT, y  por medio de su obra se ha mostrado como un ferreo crítico de lo que denomina la "sociedad machista salvadoreña"; su obra anterior Heterocity (2011), causó polémica en a sociedad salvadoreña, a la luz de las referencias de las reformas constitucionales de aquel país en 2009, contrarias a la union civil y adopción de menores por parte de parejas del mismo sexo.

Su labor y vocación literaria, lo han llevado a dirigir actualmente el Taller Alquimia Literaria, así como a aparecer en antologías de México, Guatemala, El Salvador, Alemania y Nicaragua, así como en diversas revistas internacionales. 

Otro dato curioso a añadir es que Dron es producto de la colabración entre EditorialX y Los Sin Pisto de El Salvador.

La presentación se llevará a  cabo el próximo viernes 6 de diciembre en Casa de la Cultura 4 de Noviembre  8 calle 3-09 zona 1 a las 8:00 pm; y contará con la presencia del autor, además de la participacion y comentarios a cargo de los destacados escritores: Matheus Kar y Manuel Tzoc; por lo que será una excelente oportunidad para conocer las particukaridades de la obra y el estado actual de la movida literaria en El Salvador.

A cortesía de EditorialX les compartimos unos fragmentos de Dron, previo a la presentación del viernes 6 de diciembre.

Fragmentos de Dron
Fragmento 1:
«Y es que esta vara es así: creemos que el pasado está ordenado como una cuidadosa continuidad tras de nosotros, pero el pasado, men, el pasado es algo más: es un hipercúmulo de cosas tiradas que por fragmentos una mente evoca en el presente como sacándolas de un armario desordenado. Solo entonces se ordena aleatoria, efímera y relativamente, y con suerte uno llega a ser no más que la elaboración de un foco de percepción que, entre otras cosas, elabora una idea de sí. Un puto y pinche foco de percepción, o presencia, una especie de lienzo fantasmal en el que se va plasmando el devenir, ese movimiento percibido de porciones concretas y fragmentarias de lo existente como una lucecita que traza su camino en la forma de un pequeñísimo vaso capilar en el cuerpo sin límites de las infinitas posibilidades de la existencia, fragmentariamente desorganizada.»


Fragmento 2:
«Era aprender a no sentir nada de tanto pasar de la risa más fácil al desconsuelo más hondo en una fracción de segundo, y vuelta a empezar al pedir el refil de la sopita; postear algo brillante después, o meterse en otra discusión que me hiciera sentir que algo podía cambiar de todo ese desbarrancamiento que está sucediendo allá afuera.
En el medio de tanta exposición rependeja, lo único que sobrevive es la sensación de pérdida de todo. Lo expuesto parido sin gracia no sobrevive más de unos segundos en la mente cada vez menos impresionable y más distraída del espectador, como sucede con las manos que dejan correr el agua entre ellas y no pueden darse tiempo para conocer los atributos de una sola de las gotas.
Pero igual al final, inconsciente de esto, regreso y vuelvo a hacer de todo por permanecer en la mente del espectador imaginado.
Ni una posteridad medianamente decente se hace ya posible en estas condiciones.
Y entonces lo mejor es no resistir. Entender que soy parte de un flujo indetenible. Un flujo donde todo nace condenado a ser descartado.
En este constante flujo claro que hay nombres nombronazos, digamos, ¡metanombres! que se repiten a veces, pero cada vez más empolvados y empañados de viejo vaho, nombres cánones cada vez más huecos que acompañan como niñeras desdentadas a las infantiles necesidades psicológicas de quienes no podríamos sobrevivir al hecho de sabernos vacuos, absurdos y desechables, aquí donde nada hay para aferrarse; nombres listas, top tenes para crear la sensación de puntos fijos de referencia estrellas de cine, megaescritores, esas mierdas; lugares conocidos y comunes que nos permita a los tontos la ilusión de permanencia de nuestras vidas de otra forma sin sentido; nombres que nos dejen sentirnos que no somos tan efímeros como lo somos Ciudad Gótica, Netflix, ACME pues, Coyote, ni tan absurdamente insignificantes.
En el medio de tanta exposición, lo único que sobrevive es el vacío que se pone a existir entre los nombres que se gritan a la velocidad de un flujo incesante, cuando ya no hay ni siquiera más espectadores a los cuales asombrar porque todos andamos muy metiditos en nuestros propios roles protagónicos que, jactanciosos e hinchados faltaba menos, hemos escogido representar. La obra se llama: El MegaComic. Muchos quieren meter a otros en la broma. Pocos brother se salen de ahí.»


Fragmento 3
«Trataba de verte de nuevo en la mente, de acordarme de esa primera vez.
Esa primera vez mirabas al vacío, con algo de miedo.
Sabía que para lanzar fuera de vos el miedo original que te comía tenía que poner en la pira de tu boca un cigarrillo y verte darle muerte lenta y cruel como vos probablemente sabías que me atrevería a hacer con los besos de aquel que también te besaba.
Fumar relaja.
Y mata, claro.
De tu ritual de sacrificio nacieron aquella vez unos humos que terminaron despachando su olor en nuestros dedos.
Fueron nuestros dedos los que lideraron los primeros contactos de nuestras dos pieles antes separadas: tocamientos cadenciosos cuyos símbolos eran las 365 huellas luminosas que terminaría cargando en mis pupilas para siempre, un recuerdo a nicotina.
Pero esa vez debía descartarte, volviendo a hacer sonar en mi mente los recuerdos de los ritmos, esos que nacieron concretos, precisos, de entre los fémures de nuestros ídolos drenados esa vez sobre los húmeros, ¿te acordás? Ahí es que me drené.
¿Esta vez, y luego ya no seríamos más que vos por un lado y yo por el otro?
Mientras tanto, eras otra noche y sus restos. Vos y él con olor a cigarrillos. Esposos que en mis sueños me daban doce besos en el cielo oscuro de una inconsciencia alunada.
Me saludaba la voz nasal/viril de él en mis sueños, vos gemías; ambos mordían los dientes del otro a falta de mi carne, deseándola, anunciándome que llevaban hambre de mí y que no perdonarían cada huesecillo que por mi cuenta terminaría ofreciéndoles sin resistencia.
¿Eso pensabas también?
Eso, los sueños diurnos, vivir el retorno a casa en el caos que se arma entre los pies de un niño que corre descalzo por una avenida de asfalto caliente derretido en sus pupilas negras. El niño tenía ojos lluviosos, hechos bolitas de goma que botaban y botaban en el asfalto, presintiéndose quizás condenados a cielos de bisagras rotas.
Sabían que nunca tocarían un techo que no existía.»

Obra intelectual publicada de Mauricio Orellana:

Heterocity, 2011
Así nacidos (libro)
La dama de los velos (novela), 2011
Te recuerdo que moriremos algún día (novela), 2001
Kazalcán, (novela) 2011
Los últimos hijos del sol oculto (novela), 2011
Ciudad de Alado, 2009
Un día cualquiera, 2013
Cerdo duplicado, 2014

Premios y reconocimientos

Premio Único en los Juegos Florales Nacionales de Cojutepeque con el cuento "Nueve y medio casos de cólera", 1998.
Premio Único en los Juegos Florales Salvadoreños con la novela "La marea", 1999.
Tercer Lugar en los Juegos Florales de la ciudad de San Salvador con la novela"Tantra: el pecado al revés", 1999.
Premio Únicoen los Juegos Florales Salvadoreños con la novela "Ciudad de Alado"2000.
Mención de Honor, Juegos Florales de la ciudad de San Salvador con el cuento "Perihuellas y microcuentos", 2000.
Finalista del Premio Planeta de Novela con la obra "Kazalcán y los últimos hijos del Sol Oculto", 2002.
Recibió el Premio Guatemalteco Centroaméricano Mario Monteforte Toledo en 2010.

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