Marriage story: el código de lo que no se dice al amar - Reseña

RESEÑA POR RODRIGO VILLALOBOS / 14 DE DICIEMBRE 2019



Pocas veces el cine es capaz de evocar con verosimilitud la intensidad de los procesos de pareja, debido a que se requiere de una inmensa provocación al espectador el salir de lo cursi y malgastado de una narrativa hecha a base de ideas de cotidianidad. Resulta que la producción más reciente de Noah Baumbach para la plataforma de Netflix ha dado un paso novedoso de este tipo de teatralidades.

Al inicio de Marriage story (Historia de un matrimonio por su traducción al castellano), obtenemos una introducción hermosa, epistolar y franca, la cual es capaz de conmover por su juego cinematográfico y su ejemplar uso del diálogo. Esta misma fórmula se repite a lo largo del filme, pero en una distribución distinta, más discreta, y alternando los acercamientos emocionales de los protagonistas con los evidentes retos de una ruptura matrimonial. Y es que muy contrario a su título principal, Marriage story reproduce la historia de un divorcio en todas las escalas de grises posibles, sin buenos ni malos.

'La guerra fría' de esta pareja, empieza a tomar forma en los primeros diez minutos de la película y marca el tono del resto de la misma. Adam Driver representa a Charlie, un director de teatro exitoso, mientras que Scarlett Johansson personifica a Nicole, una actriz que alcanzó un éxito temprano por una película juvenil, pero que se conformó con trabajar en las obras de su esposo, desechando así la oportunidad de seguir su carrera en el cine. Con esto claro, vemos a ambos iniciar una separación entre evasiones de responsabilidad, un hijo que capta la atención principal de la pareja, silencios incómodos en conversaciones a medias y una seguidilla de personajes secundarios que contextualizan lo agridulce de una inminente disputa legal.


El desarrollo de todos los eventos que se desencadenan tras la iniciativa de divorcio de Nicole, a partir de una infidelidad de su esposo, no solo tiene un peso argumental apegado a la realidad de muchos matrimonios, sino que genera inevitablemente una empatía con los esfuerzos de Charlie por ganar un espacio en la vida de su hijo Henry. Todo en un marco de procesos de sanación dispares, un caso que se explora pocas veces en los guiones, sobre todo, con una naturalidad sobresaliente.

Con esta película, Baumbach es capaz de señalar la transformación del amor, así como la ruptura amigable que alcanza el inevitable dolor. El crecimiento profesional es otro de los tópicos abordados, pues el sacrificio que conlleva intrínseco la maternidad, es un tabú social que nos cuesta enfrentar en nuestra contemporaneidad. También vemos cómo es que la ruptura de paradigmas y convenciones sociales se desmorona frente a la justicia y es que el ámbito legal que se aborda en el filme es muy crudo y lacerante para todas las partes involucradas que es imposible no sensibilizarnos.

Sin duda, Marriage story dista mucho de la perspectiva romántica del amor que vemos en la mayoría de producciones fílmicas, con un responsable mensaje sobre lo necesario que es saber decir adiós para construir otras maneras de vivir más sanas. Las suposiciones de felicidad y los milagros de una vida en pareja no llegan solos, por lo que existe una inevitable invitación al diálogo para evitar la ingenuidad de los vínculos que se construyen alrededor de un matrimonio.

Se trata de una película excelente desde sus actuaciones (desde sus protagonistas hasta los personajes secundarios de maravilloso trasfondo y contexto), como por la fuerza que tiene para sacar con elocuencia la verdadera esencia de nuestras relaciones afectivas.




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