El pasado dos de febrero tuve la oportunidad de
entrevistar a María José Lara Medina, una nueva promesa en el mundo de la
poesía contemporánea. Su primer trabajo titulado El Espejo Irregular, que vio la luz en noviembre del 2019, fue el
ganador del II Certamen de Poesía Joven organizado por Editorial Sión para la
colección Laura Damián.
A continuación, les comparto la entrevista que María Lara
tan amablemente concedió en exclusiva para Revista
La Fábri/k/.
Christian Castañeda: Empecemos por lo más
importante. ¿Quién es María José Lara Medina?
María
Lara: Bueno, tengo 21 años, soy la más pequeña de tres
hermanos y me gradué en el Liceo Guatemala. Actualmente estoy estudiando
periodismo en la Universidad del Istmo. Ingresé a esta carrera con intenciones
de ejercer y, al mismo tiempo, de dar el salto hacia la literatura, al igual que
lo hicieron otros escritores guatemaltecos en su momento como Miguel Ángel Asturias y Enrique Gómez Carrillo. Fue mi propia intuición la que
me llevó a elegir este camino.
CC: ¿Cómo descubriste tu
gusto por la lectura?
ML: Esto se dio gracias a mi papá. Él es un gran aficionado a la lectura y
me recomendó La historia de un Pepe de José Milla y Vidaurre. Hasta ese
momento desconocía si me gustaba leer o no, ya que anteriormente lo había hecho, más que nada, para cumplir con las obligaciones del colegio. Cuando él me dio
este libro, lo devoré rápidamente durante la época de vacaciones y quedé con
deseos de leer más. A partir de entonces, consumí literatura de Guatemala y América
Latina en grandes cantidades.
CC: ¿Qué obras literarias
hicieron que te introdujeras aún más en el mundo de las letras?
ML: Aparte de La historia de un Pepe, también disfruté mucho Memorias de
un abogado, del mismo autor. Posteriormente, empecé a leer por mi propia
cuenta. Tenía un profesor llamado Fredy Farfán, quien una vez me hizo la
siguiente pregunta: “Si a usted le gusta tanto escribir poesía, ¿por qué no
empieza por leer poesía?”. Me di cuenta que él tenía razón, por lo que me di a
la tarea de leer a Pablo Neruda, por ejemplo. Pasé de Veinte poemas de amor a Canto general, libro que me atrajo bastante. También me interesé por la
poesía chilena y admiré los poemas amorosos de autores como Jaime Sabines. Cuando
descubrí a Raúl Zurita, en un club de poesía del que formé parte, me enamoré de
sus versos. Leí primeramente poemas sueltos de su autoría, y tras hacerme de su
obra Inri, para mí cambió la forma en la que entendía la poesía. Raúl Zurita forma
parte de aquellos escritores que se liberan de cualquier estructura conocida. Llegué
entonces a la conclusión que puedes ser libre y tener tu propia voz.
Por otro
lado, también disfruté mucho los escritos de la poeta nicaragüense Claribel
Alegría. Tuve la oportunidad de leer su poemario Otredad, el cual me permitió
descubrir que se puede ser breve y decir únicamente lo necesario. Si con tres
versos te basta, no tienes por qué reiterarte. La obra de Claribel Alegría me
encanta por ser sintética, y reconozco que he adoptado un poco de su estilo
poético. Ella no es de las que agrega un adjetivo únicamente para decorar, ya
que cada palabra tiene una razón de ser.
CC: ¿Cuándo empezaste a
escribir de lleno, luego de darte cuenta que tenías la vocación para ello?
ML: Empecé a los dieciocho
años. Sentí que poco a poco iba desarrollando una voz propia. Pasé de ser una
lectora ávida a convertirme en una escritora con estilo propio y me alejé cada
vez más de las influencias de otros autores. Primero escribía únicamente para
mí misma, sin ninguna intención de publicar. Sentía un poco de miedo por revelar
esa parte de mi intimidad, ya que, al hacerlo, terminas abriendo una ventana a
tu interior para que todos puedan verlo. Pese a haber iniciado con mis estudios
universitarios, me propuse darle sentido a lo que quería expresar. Quise armar algo
que pudiera ser inmortalizado de forma breve pero concreta. Escribir representaba
una auténtica catarsis para mí. Esto fue transformándose gradualmente en algo
cada vez más grande hasta que sentí la necesidad de devolver al mundo lo que la
poesía me había dado hasta ese momento.
CC: ¿Cómo surgió tu
acercamiento con Editorial Sión? ¿Qué te llevó a participar en su concurso de
poesía joven?
ML: Pues, supe acerca de este concurso cuando Editorial Sión hizo su
primera convocatoria en el 2018, pero no me atreví a participar. Sentí que no
había madurado lo suficiente en las letras y aún debía mejorar. Luego de conocer
los resultados de la convocatoria, me enteré que ganó un compañero del colegio
llamado Christian Luna. Le pedí que me vendiera una copia de su poemario para
leerlo, y fue él quien me animó a participar en la siguiente convocatoria porque
le gustaban mis escritos. Fue así como en el 2019 por fin logré dar ese paso. Ocupé
bastante tiempo puliendo mi trabajo y pensando detenidamente en el orden y la
estructura, porque soy muy perfeccionista a la hora de producir algo, desde lo
académico hasta lo literario. Cuando lo tuve listo, pensé: “O lo envío ahora, o
jamás me atreveré a hacerlo”. No tenía muchas esperanzas de ganar. Quise
probarme más bien que era capaz de vencer mis temores.
Tiempo
después, cuando recibí una llamada de Manuel Rodas (Editorial Sión) y me dio la
noticia que mi poemario había sido seleccionado como el ganador, yo estaba con
mi familia y no lo podía creer. Manuel me preguntó si podía llegar a Xela para
recibir el premio, por lo que naturalmente hice todos los arreglos y emprendí el
viaje a tierras quezaltecas. Parte del premio consistió en una colección de
libros de Editorial Cultura, otra colección por parte de Editorial Sión y
treinta copias de mi propio libro, que se agotaron rápidamente. Se hizo un segundo
tiraje de cuarenta copias de las cuales me quedan muy pocas ya. Debo agregar
que, desde entonces he tenido muy buena relación con Manuel y él es muy
paciente cuando se trata de explicarme, por ejemplo, los procedimientos a
seguir para difundir mis poemarios.
CC: ¿Qué significado se
esconde detrás de El espejo irregular? ¿Cuáles son las temáticas que abarcas
a través de los veinte poemas que lo integran?
ML: El título nace por algo común que encontré en los poemas elegidos para
formar parte de la obra. El espejo irregular se divide en dos partes:
“Desdoblamientos” y “Encuentros”. La primera parte revela prácticamente cómo el
espejo me está reflejando. Son poemas en los que encontré algo de mí misma en
otras superficies. Son preguntas que te haces frente al espejo, y es irregular
porque no me muestra siempre la misma cara. Es por ello que puedo descubrir una
parte de mí que estaba perdida y de la cual desconocía su existencia.
La
segunda parte es el espejo en el que me puedo ver reflejada en otra gente.
Cuando hay partes de ti que no entiendes, otras personas te iluminan en ese
sentido y te lo hacen saber. Son ellos los que me enseñan parte de mi raíz y de
mi historia. El periodismo me ha dado la oportunidad de conocer los contrastes
profundos de Guatemala y la falta de memoria que hay en general. Esto hace que
me vea en cada una de esas diferentes realidades, y sienta que soy parte de los
dolores en dichos contrastes. En síntesis, “Desdoblamientos” es una sección más
introspectiva, mientras que “Encuentros” es el espacio en el que trato de
conectar con los demás por medio de ese vínculo especial que nos amarra a todos
como seres humanos.
CC: ¿Cómo ves el uso de las
redes sociales por parte de los escritores emergentes?
ML: Por un lado, lo veo como algo
muy positivo, ya que las redes sociales son una plataforma pública en la que
podemos exponer nuestro trabajo al mundo entero. Lamentablemente, esto también
es un arma de doble filo, porque se tiene la facilidad de publicar y sentir que
hay cierta validación con likes y demás métricas propias de las redes sociales.
Cuando esto sucede, se puede perder la
calidad en el proceso. No existe un filtro, por lo que tú mismo como escritor
tienes que saber si tus escritos son verdaderamente algo que salió de un
proceso laborioso antes de ser publicados. No soy una crítica literaria, pero veo
que muchas veces las publicaciones populares con cientos o miles de likes
carecen de calidad. Hay editoriales de renombre que ven potencial para vender
una gran cantidad de libros en escritores con muchos seguidores, likes y
escritos compartidos. Por lo tanto, es importante saber diferenciar a un
escritor con voz propia, de otro cuyos textos conectan con mucha gente solo porque
este explota los lugares comunes y se asegura que cualquiera se sienta
identificado con ellos. Desafortunadamente, en muchos casos se pierde la
calidad ante la oportunidad de poder publicar a un clic de distancia. Las
redes sociales suelen convertirse en un concurso de popularidad, en lugar de ser
un espacio para compartir de forma autocrítica y honesta. Cuando alguien hace
un texto honesto, se nota a la distancia que nació desde las entrañas de su creador.
No hallas frases hechas, sino más bien una voz que puedes reconocer y valorar.
CC: ¿En qué eventos de literatura has
participado?
ML: Primero fui a eventos de micrófono abierto, organizados por el
movimiento cívico Para Contarla en El Mercadito de Lola. Me agrada asistir y
escuchar a otros poetas, así como tener un espacio para expresarme. En el 2019,
fui convocada por la librería Sophos para formar parte de dos recitales
poéticos: el primero en conmemoración del Día de la Mujer y el otro por el Día Mundial
de la Poesía. Dado que me gusta formar parte de comunidades donde conectas con gente
que comparte tu misma pasión, esto llevó a que me involucrara en un taller de
poesía organizado también por Sophos, el cual fue impartido por Eduardo
Villalobos. Él me ayudó a definir aún más mi voz como poeta. Ese taller
representó un antes y un después para mí. También conocí al escritor Julio
Serrano Echeverría, quien se interesó mucho por mi poemario e incluyó algunos
de mis textos en el programa radial “Audiobuki”. Julio tuvo la amabilidad de
invitarme a un recital llamado Mundo Poético realizado en Plaza Fontabella en
enero del 2020. Dentro de este evento tuve la oportunidad de conocer a Javier
Payeras, Pep Balcárcel y otros poetas. Fue también la primera vez que se me dio
la oportunidad de leer poemas de El espejo irregular, en la ciudad de
Guatemala frente a mis amigos y familiares.
CC: ¿Qué estás leyendo
actualmente?
ML: Uno de los libros que me
tiene enganchada en este momento es Las ciudades del agua de Raúl Zurita, uno
de los poetas que más me ha tocado, en definitiva. Cuando encuentro un autor
que me apasiona, trato de leer lo más que pueda de él. También estoy leyendo Océano Mar de Alessandro Barico, un escritor cuya prosa tiene un estilo muy
poético. Como ves, estoy leyendo un poco de ambas vertientes: novela y poesía.
Debido a que he explorado muchas obras de América Latina, quiero expandir mis
horizontes y conocer a autores de otras latitudes.
CC: ¿Qué proyectos tienes en mente para
el futuro? ¿Seguirás con la poesía, o te interesa incursionar en otros géneros
literarios?
Por ahora, quiero enfocarme en la poesía porque desde el momento en que la descubrí, me di
cuenta que esto era lo mío. En un principio quise escribir textos más cercanos a
lo que es una novela, pero la poesía es un espacio en el que me siento más
cómoda. El ganar un concurso de esta índole significó un logro inesperado, por
lo que no me quiero quedar estancada y decir que ya llegué al cénit por haber
publicado un libro. Tengo mucho qué decir, y ya estoy trabajando en un nuevo
poemario, el cual aún no tiene fecha de salida. Lo que menos quiero es que su
publicación sea algo forzado, sino que se tome el tiempo necesario, así sea
uno, dos o más años. Lo importante es lanzar algo honesto, seguir teniendo una
voz que no trate de emular a otra y ser fiel a lo que se quiere expresar. En este momento, ya llevo diez poemas escritos y definitivamente seguirá una línea
parecida en cuanto a la exploración interna. No quiero dejar esto de lado, porque
la escritura es algo con lo que vives constantemente y siempre tienes esa
necesidad de expulsar aquello que no puede salir de otra forma. Seguiré con mis
actividades literarias, aunque esto me consuma la rutina académica (risas).
***
Después de la entrevista, Majo (como le gusta que la
llamen), me obsequió una copia de El espejo irregular, poemario que estaré
reseñando próximamente para este mismo espacio cultural. Desde aquí le agradecemos
la oportunidad que nos brindó de conocerla un poco más de cerca y aprovechamos
para desearle muchos éxitos en su naciente carrera literaria.
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