PUBLICACIÓN POR CLAUDIA FIGUEROA OBERLÍN / 24 DE ABRIL 2020
Hace unos días atrás, tuve la oportunidad de reunirme con
un grupo de poetas. Platicando con cada uno de ellos, tuvimos una interesante
plática con la poeta Amarilis Barahona. Dentro de las trivialidades que
platicábamos, esto fue lo que ella nos contó en esta entrevista que tuve con
ella.
Claudia Figueroa: Hola, Amarilis, qué rico que nos hayamos podido sentar a
platicar, ya que estamos rodeándonos con los otros compañeros y ni tiempo hay,
y realmente quería platicar contigo después de todo, compartimos el mismo arte.
Y me encantaría que me comentaras unas cosas. ¿Quién es Amarilis Barahona, la mujer y
la profesional?
Amarilis Barahona: Hola Claudia, antes que nada, gracias
por invitarme a esta amena entrevista.
Creo que por mi personalidad hago una fusión entre ambas. Cuando tienes la vocación de algo, siempre lo
demuestras en cualquier circunstancia y ámbito.
Soy maestra de primaria y profesora de Comunicación y Lenguaje, y cuando
siento, aunque esté fuera de mis labores docentes, ando corrigiendo a mis hijos
u otras personas de confianza cuando dicen mal una palabra, o peor aún, cuando
la escriben con horrores ortográficos. ¡Ay, perdón! Quiero decir, errores
ortográficos (risas). Pero si hablamos propiamente de cómo soy como mujer,
puedo decirte que soy una persona a la que le cuesta depender de alguien más,
lejos de pedir que hagan algo por mí, siempre estoy dispuesta a hacer algo por
los demás. Soy de temperamento sanguíneo
y quizá por lo mismo, soy una mujer con mucha energía, entusiasmo y
fregadera. Soy muy trabajadora y me
afano demasiado por cumplir con las cosas que tengo que hacer. También soy un ser humano muy empático,
susceptible, amorosa y demasiado sentimental. Soy temerosa de Dios, en el
significado correcto que temer es respetar y no miedo, por ello trato de
conservar mis valores y principios. Una
mujer muy fiel, y cuando me enamoro lo hago con sinceridad. Más madre que
mujer.
Como profesional, me catalogo como una persona digna, lo
digo con humildad, trato de hacer lo mejor que se me exige y una milla
extra. Soy puntual, responsable,
dispuesta a dar lo mejor de mí, dispuesta a aprender nuevas cosas que muchas
veces son retos para mi vida. Por ejemplo, ahora, ya ves Claudita, esta
pandemia nos vino a someter a drásticos cambios. Jamás en mi vida pensé que me tocaría dar
clases a distancia por medio de una plataforma, imagínate a mis 58 años, que
por cierto acabo de cumplir, me está tocando aprender más de la tecnología,
pues lo único que te manejo a las maravillas son las redes sociales (risas).
CF: ¿Cómo definirías a Amarilis la escritora?
AB: Bueno, te voy a dar el concepto que tengo de mí misma como
escritora. Para mí esta faceta de mi
vida ha sido un maravilloso regalo de Dios. Es un don con el que Dios nos dota para poder llevar al mundo muchos
mensajes, en mi caso siempre escribo cosas positivas para la humanidad, nada
violento, erótico ni que haga discrepancia con los lectores. De hecho, más que escritora en sí, me considero
una apasionada de la poesía. Escribo
poesía desde mis quince años. Ya no
necesitas hacer números para sacar lo de mi edad (risas). Pero hace cerca de diez años, y aunque
parezca inverosímil, un día estaba orando y le pregunté a Dios ¿Por qué a mí me
pasan tantas cosas malas? E increíblemente Claudia, sentí como el Señor
respondía a mi corazón estas palabras que desde entonces no he olvidado. Dios_
He permitido estas pruebas en tu vida, porque te he dado el don de escribir, y
a través de ese don llevarás mi gloria a extraños y conocidos. Esas palabras me impactaron e inmediatamente
obedecí al Señor y puso en mi corazón contar mis procesos y cómo Él estuvo
siempre acompañándome. Fue allí donde
escribí en prosa, cosa que sólo había hecho con reflexiones y pequeños
discursos. Así que no puedo darte mayor
definición al respecto, eso tendría que decirlo alguien que lea mi libro. Aunque lo que sí puedo decir, es que escribo
con autenticidad y con un lenguaje sencillo y a la vez culto.
CF:
Si tuvieras que comparar a Amarilis la mujer y docente con Amarilis la
escritora, ¿qué tiene una que no tenga la otra y viceversa?
AB: Bueno Claudita, tú como docente, escritora y poeta,
sabrás que la esencia del ser no puede separarse del todo, siempre habrá algo
que evoque lo que eres y que te delata delante de los demás. Como te comenté al principio, cuando somos
maestras, aunque no estemos en el aula las personas perciben que lo eres, por
tu forma de hablar, porque siempre estás dando alguna enseñanza aún en medio de
una charla cualquiera. Me pasan algunas anécdotas, como, por ejemplo, talvez
estoy con alguna amiga escuchando una charla pública, y de repente el orador en
lugar de decir “sin embargo”, dice, “pero más sin embargo”, y luego sin
pensarlo vuelvo a ver a mi amiga y lo comento.
Ya es por inercia que se me sale lo de querer corregir. Ahora bien, la mujer, la docente, tiene la
desventaja que tiene que frenar ciertos comentarios, ciertas acciones que se
verían como mal ante la sociedad. Tienes
que callar lo que talvez estás que te mueres por decir, pero por educación
callas. Pero ser Amarilis la escritora, “wow”, me transforma, pues se vale
pensar con libertad, se vale soñar, fantasear, describir el mundo como tú
quisieras que fuera, es un mundo irreal, pero maravilloso. En mis poemas yo
amo, soy amada, desamada, decepcionada o feliz, lo tengo todo, soy admirada, yo
transformo mi mundo con las palabras. En conclusión, puedo decir, que los tres
rolles me encantan, pues me siento plena como mujer, me siento realizada como
profesional de la educación y me siento feliz como escritora y poeta. No puedo pedirle más a la vida.
CF:
¿Cómo combinas tu carrera con la literatura? Ya que ambas están totalmente
complementadas una con la otra.
AB:
Siempre he trabajado con niños de 8 a 10 años en primaria, y dentro de la clase
de comunicación y lenguaje voy compartiendo con ellos mis poemas, algunos
cuentos propios, y ellos se emocionan cuando saben que escribo poesía, y me
dicen. ¡Miss, usted es poeta! Yo sólo sonrío. Y se emocionan pensando que soy
famosa, y les digo que no, y ellos me motivan y me dicen que sí voy a llegar a
serlo, como si fuera fácil (risas). De hecho, hace poco escribí un cuento al
que llamo: ¡Hola, soy Roberto! En la Antología que recién publicó el Dr. Enrique
Godoy. Ese es un cuento anecdótico. Ese chico que fue mi alumno en tercero
primaria hace un buen tiempo atrás, marcó mi vida como maestra y como poeta. Es increíble cómo puedes ser usada para
motivar y encausar la vida de un niño. Él
se motivó a cambiar de rumbo como estudiante, pero la poesía, mi poesía, fue lo
que lo transformó, porque él empezó a escribir su propia poesía, y me compartió
que, a través de ella, logró sacar muchas cosas que tenía guardadas en su
corazón. La poesía en la mejor catarsis, a mi manera de ver. Así que aprovecho a combinar ambas, muchas
veces para ponerles ejemplos en clase, en el momento me inspiro y les escribo
en la pizarra versos de improviso, y les gusta que lo haga. Creo que jamás dejaré de escribir, la
docencia quizá en pocos años, pero la literatura solamente que mi mente deje de
estar coherente.
CF:
¿Cómo fue tu inicio con la literatura?
AB:
Bueno, yo creo que nunca te das cuenta cuándo lo inicias, pues si pensamos en
qué momento de tu vida descubriste que escribías mejor que otros chicos de tu
escuela, y que tus maestros siempre te ponían la nota completa sobre las
famosas composiciones que nos pedían hacer en Lenguaje, podría decirte que,
desde ahí, pero realmente en ese momento de mi vida, siendo niña de 8 años en
adelante, qué vas a andar reconociendo que te iniciaste como poeta o como
escritora. Sencillamente desarrollas tus
dones sin tan siquiera saber que los traes.
Lo que sí te puedo decir es que escribí mi primer poema a la edad de 15
años, cuando me enamoré por vez primera, perdidamente enamorada, enloquecida (risas),
y cuando empecé a sentir esas maripositas revoloteando en mi panza, como por
instinto vengo un día tomo un cuaderno y un lápiz, y toda boba como en las nubes
siento la necesidad de escribir mis sentimientos, sin pensarlo mi mano se movía
y fluían las letras de una manera elocuente y con ritmo. Y cuando lo leo, ¡quedo sorprendida! me
encantó. Lo divertido es que ese poema ya no existe, lo escondí tanto para que
mi madre no descubriera que estaba enamorada, que al final nunca lo encontré,
ni idea de dónde quedó. Lo que más
tristeza me da, es que fue una buena pieza poética. Del título sí me acuerdo. Ella, tú y yo (risas), ¡imagínate si mi madre
lo hubiera descubierto!
Aunque
analizando un poco, creo que a darme a conocer no fue hace tanto tiempo. Lo que
primero me enroló en este maravilloso mundo de las letras, fue el haber
colaborado como co- conductora en un programa radial llamado Promoviendo el
Arte y la Cultura, invitada por el escritor y poeta quetzalteco Rodimiro
Gramajo, donde las primeras 6 intervenciones leí mucho de mi poesía, fue así
como empezó mi relación con varios poetas, escritores, locutores y
periodistas. Estuve ahí por dos años
colaborando y dando a conocer a algunos poetas guatemaltecos no muy conocidos
como lo estaba yo. Estar allí hizo que mucha gente conocida supiera acerca de
mi talento. Luego, creo que el haber publicado mi primer libro me abrió las
puertas a ser un poco conocida y reconocida. He conocido a grandes talentos
como tú, por ejemplo, Julia Leal que estuvo involucrándome en muchas
actividades para darme a conocer y eso me ha involucrado más en la literatura.
CF:
¿Cómo despiertas en tus niños la curiosidad y el ímpetu de búsqueda en los
libros? Porque no es una tarea fácil.
AB:
Qué pregunta más compleja en verdad. Yo lo poco que hago es leerles cuentos o
historias bíblicas dándoles la entonación necesaria para que ellos se
emocionen. y luego les digo en tono de pregunta ¿ya ven qué emocionante es leer? Por eso ustedes tienen que leer mucho para
poder hacerlo fluidamente y a través de la lectura pueden conocer muchos
lugares. Es muy difícil como tú
dices. Es un hábito que debemos formar
no solo en la escuela, sino que es básico que papá y mamá den el ejemplo en el
hogar desde que los niños son bebés. Yo te confieso con mucha sinceridad que no
soy devoradora de libros, me gusta leer sólo cierta literatura, me da vergüenza
decirlo, pero es la verdad. Me gusta ser genuina y sincera. Quizá no me formaron el hábito, a pesar que
mi papá siempre fue un gran lector hasta los últimos días de su vida. Mi pasión es más de escribir, producir, compartir,
que de leer, porque no me gusta dejarme influenciar con el estilo de otros
poetas, aunque no quiere decir que no lea algunos, pero he visto que hay muchos
que casi son réplica de otros, no son originales en su estilo. Lo siento, sé
que te decepcioné.
CF:
¿Cómo despiertas en tus alumnos el amor a la lectura?
AB: Creo que lo que más he hecho
en cuanto a los niños pequeños, ya que aún no tienen fluidez en la lectura, al
menos la mayoría, es emocionarlos a que aprendan a leer bien, pues así van a
poder saber muchas cosas que sólo leyendo podrán saber. Pero lo que más he tratado honestamente, es
que tomen amor por la poesía, por los cuentos, ya que muchos hoy en día han
dejado de sentirse atraídos por esa literatura.
CF: ¿Qué estrategias usas en tus
clases para incentivar la lectura?
AB: En el aula les leo oralmente
algunas lecturas infantiles, luego los paso a leer una estrofa ante los demás
compañeros para que aprendan a leer en voz alta, les tomo el tiempo y los pongo
en competencia, ellos se emocionan queriendo leer con más velocidad. Es lo poco con que puedo contribuir. He notado que muchos de ellos traer ese amor
por la lectura, sin duda en casa han recibido mucho estímulo. Otros por más que te hagas un queso tratando
de motivarlos, no logras nada.
CF: ¿En qué te inspiras para
escribir tus poemas?
AB: Mi inspiración viene de lo
más sencillo hasta de lo más complejo. La cotidianidad de la vida, las
emociones, los sentimientos, los personajes, mi país, mi familia, el dolor
ajeno, el abandono, la soledad, Dios, son tantas cosas que me provocan hablar
por ellas. Lo que sí me es imposible
escribir es poesía infantil, puedo escribir para los niños, pero escribir como
si yo fuera una niña, me es muy complicado, quizá solo tengo como dos poemas,
pero no son tan infantiles. La poesía
erótica para nada va conmigo. Mi temática es muy conservadora, es como mi
personalidad, mi sello propio, mi esencia. Muchos lectores se identifican con
mi poesía porque no la hago estructurada bajo regímenes inamovibles, escribo
como me sale del alma, con la esencia de mi ser, esperando únicamente,
transmitir mi sentir, no pretendo impactar con palabras rebuscadas ni rimas
perfectas, solo trato de dar lo que tengo.
CF: ¿Qué autores han marcado tu
decisión para escribir?
AB: Te voy a decepcionar
nuevamente (risas) y quizá a muchos lectores, pero en sí ningún autor marcó ese
deseo por escribir. Claro que admiro a
muchos autores, algunos nacionales, otros internacionales. Me encanta como escribía Flavio Herrera, la
poesía de Carmen Matute, la literatura de Mario Alberto Carrera (fue mi
catedrático en la USAC) y algunos poetas actuales de este siglo. Del extranjero me encanta leer a Mario Vargas
Llosa, Gabriel García Márquez, Amado Nervo, Sor Juana Inés de la Cruz, José
Peza, pero ninguno influyó en mí. No dije un día quiero ser poeta o escritora
como fulana o fulano de tal, solo empecé a acumular en un cuaderno todo lo que
escribía de madrugada, por la tarde, a cualquier hora, lo fui guardando por
años hasta que llegó el tiempo que el mundo supiera que amo escribir
poesía. La traigo en mis venas. El amor
sí marcó esa decisión y fue para siempre.
CF: ¿Qué le recomiendas a la
gente que le gusta escribir y no encuentra el tema o qué escribir?
AB: Ay Claudita, creo que
encontraste un bicho raro, pienso tan distinto a muchos que aman escribir, yo
siempre he estado convencida que el verdadero poeta no busca los temas, son
ellos los que llegan a su corazón y lo hacen mover la pluma. Te prometo que yo jamás me he puesto un día
con cuaderno en mano pensando en “A ver, ¿qué escribo hoy?...” Todo lo
contrario, de repente estoy en un bus, o en una clínica, o en mi cama y se me
vienen versos que, si no los escribo en el momento, no vuelven a fluir igual.
CF: Yo soy igual…
AB: Mi consejo es que escriban
cuando esos versos broten de la nada, cuando fluya el corazón en un mar de
sentimientos, porque esos poemas llegarán al corazón de quien los lea u oiga, que
no tomen la pluma y el papel como un machete para producir algo continuamente,
ya que la mejor temática se la dictará su corazón y entonces producirá las
mejores piezas literarias. Eso es lo que
he hecho siempre, y es raro que al escribir de esa manera deba borrar un
poema. Pero cuando he intentado hacerlo
con la razón, no me sale absolutamente nada bueno. No quiero decir que así funcione para todos,
pero es lo que hago y me ha funcionado bien.
Mi linda, ha sido un placer enorme que me des esta
oportunidad que le abras las puertas a mis lectores de la revista para que te
conozcan que conozcan tu trayectoria y tu talento, y me encantaría que nos
compartieras uno de tus poemas para terminar.
Amarilis me
ha permitido compartirles dos textos de diferente temática de su autoría, se
los dejo a continuación.
Sube a mi barca
Señor, sube a mi barca
y calma las aguas
que agitan mi vida.
y calma las aguas
que agitan mi vida.
Dame tu mano fuerte
para detener el ímpetu
de los estruendosos
desdenes de la vida.
para detener el ímpetu
de los estruendosos
desdenes de la vida.
Sube a mi barca
y acompáñame
en esta soledad humana
en la que aunque hayan muchos
a nuestro derredor,
muchas veces
estamos totalmente solos.
y acompáñame
en esta soledad humana
en la que aunque hayan muchos
a nuestro derredor,
muchas veces
estamos totalmente solos.
Dame tu mano fuerte
para tomar mi remo
y encaminarme
por camino seguro.
para tomar mi remo
y encaminarme
por camino seguro.
Detén con tu poder
los incesantes golpes
que a mi barca llegan.
los incesantes golpes
que a mi barca llegan.
No
quiero morir
ahogada en el pecado,
ni en el fango
de este mundo,
que convierte al bueno
en perverso,
al fuerte en débil,
al santo en perdido.
ahogada en el pecado,
ni en el fango
de este mundo,
que convierte al bueno
en perverso,
al fuerte en débil,
al santo en perdido.
Sube a mi barca Jesús
y conversemos como dos amigos.
abrázame y dame tu bendición.
y conversemos como dos amigos.
abrázame y dame tu bendición.
Despertó el amor
Así de
repente,
sin pensarlo
ni planificarlo,
despertó el amor,
después de décadas
de estar dormido.
sin pensarlo
ni planificarlo,
despertó el amor,
después de décadas
de estar dormido.
Estaba en el diván
de mi corazón,
adormecido y abandonado,
entumecido e inactivo.
Unas dulces palabras al oído
y un tímido y tierno beso,
hizo que se despertara
y avivara ese sentimiento puro.
¿Cuánto tiempo vuelva
a estar despierto? No lo sé,
depende de cuánto quieras
motivarlo para que nunca,
nunca más vuelva a dormir.
Con amor,
Amarilis Barahona (GUA).
de mi corazón,
adormecido y abandonado,
entumecido e inactivo.
Unas dulces palabras al oído
y un tímido y tierno beso,
hizo que se despertara
y avivara ese sentimiento puro.
¿Cuánto tiempo vuelva
a estar despierto? No lo sé,
depende de cuánto quieras
motivarlo para que nunca,
nunca más vuelva a dormir.
Con amor,
Amarilis Barahona (GUA).
Me encantó la entrevista, muy auténtica, original, simple. Gracias por compartir tus emociones y poder descubrir lo que no conocía de ti
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