La Guerra del Chocolate: entre el asco y la ira - Reseña

RESEÑA POR LUDO LÓPEZ ALVAREZ / 12 DE JULIO 2020


Puede hacer más amena la lectura de esta nota una melodía de la película


Obbie: Sabes Archie...
Archie: ¿Qué?
Obbie: A veces la vida es triste...
Archie: La vida es una mierda.
 (Chocolate War, Kieth Gordon; 1989) 


Chocolate War
Archie y Obbie ( Chocolate War, Kieth Gordon; 1989)
Tengo pendientes por concluir un rimero de libros en la mesa de noche, pero eso no es lo importante. Tengo uno en particular que se relaciona con esta película: Chocolate War de Robert Cormier, fue escrito en 1974; y le hicieron un maravilloso homenaje en 1988 bajo la dirección de Kieth Gordon, eso es lo importante. 

Me dediqué toda la tarde del viernes a explorar en internet y encontrar la película que fue recomendación de un amigo. Realmente me había recomendado el libro; pero las prioridades van y aún no es tiempo terminar el libro de Cormier. 


La versión de Kieth Gordon es un filme sobre un muchacho de primer año de secundaria que quiere jugar futbol americano e integrarse en su nueva escuela, sobrevivir la experiencia de vivir con un padre en depresión y la muerte de su madre. Este "freshman" provoca una guerra de poder para vender Chocolates para recaudar fondos para el instituto "Trinity", donde estudia, y que es dirigido por lo que parece sacerdotes franciscanos o dominicos.

Jerry Renault es ese estudiante de primer año, que es retado por  Los Vigils (un poder oculto de estudiantes que tienen tomado el insituto y coaccionan al resto de compañeros). 

Renault debe rechazar las cajas de chocolates donados, que los "Sacerdotes de Trinity", y en particular el Padre León, se han propuesto hacer que los estudiantes vendan de forma voluntaria, pues se trata de una "buena causa"; pero con coacción subliminal pues de no llegar a determinada cantidad tendrán que aumentar la cuota estudiantil.

Renault es retado a rechazar la caja de chocolates durante diez dias. Al llegar el décimo se mantiene firme en su negativa y causa la ira tanto del Padre León (quien es conciente de los juegos de poder que manejan los muchachos y no interviene), como de Archie (la mente maquiavélica detrás de los retos de los Vigils); quienes conspiran para hacer a Renault un marginado social en la escuela.

Archie organiza un encuentro de boxeo para hacer pagar a Renault por no haber cumplido con el reto (pues al undécimo día  debía aceptar la caja), la desobediencia puede romper el control que tienen sobre los estudiantes por medio del miedo. Vende golpes a los estudiantes, para que uno u otro de los combatientes golpee a solicitud del público.

En el ring de boxeo Renault se desquitará del bulling que recibe de Emile (un estudiante de años superiores al que Archie extorsiona con una fotografía que le tomó masturbandose, y lo obliga a ensañarse con Renault).  Una de las reglas de los Vigils hacen que no sea Emile el que pelee sino Archie, y Renault pierde la cabeza en el ring, hasta que venga su frustración social en la cara de Archie.

Me llamó la atención la frase del libro: "Do i Dare to disturb the universe", que se encuentra pegada en el locker de Renault. Sin duda el protagonista no cambia el universo en el que habita, pero lo perturba; pues al finalizar la pelea el Padre León ha quedado con una gran ganancia tras la venta de chocolates, los Vigils aun mantienen el poder en Trinity, y Renault no se ha desquitado de Emile. 

Lo cual demuestra que aunque lo intente, el heroe de la historia puede no salir victorioso.

Archie queda degradado entre los Vigils y debe ahora obediencia al que era su subordinado (Obbie); la vida sigue tal cual; con injusticias, corrupción y juegos de poder entre estudiantes; indiferencia y avaricia por parte del Padre León.


 Chocolate War
El Padre León intimidando a Archie ( Chocolate War, Kieth Gordon; 1989)

Luego de 1 hora 40 minutos de película me quedé emocionalmente convulso; había presenciado un filme esplendido: capaz de retratar la vida estudiantil que muchos jovenes y señoritas han podido experimentar al estudiar en una institución católica no mixta: aprender bajo el influjo de una hipócrita visión altruista, sobrevivir al acoso escolar en tanto las autoridades no intervienen más que para desahogar sus frustraciones vitales, producto de la artificial vida religiosa cristiana.

Sir Ken Robinson, en una Ted Talk de 2006, habla de como las insituciones educativas suelen minar la creatividad al dar mayor importancia a otras materias. Omitió decir que  tambien la individualidad de los estudiantes esta en peligro en el sistema educativo moderno; por una falsa busqueda por crear comunidad se deja de pensar en el estudiante como un individuo con capacidad para discentir, a aquellos que lo hacen se les tacha de rebeldes. 

Originalmente había pensado titular esta reseña como: "El filme para todo exalumno"; porque considero que todo aquel que haya pasado secundaria entre 1980 y 2010 puede identificarse con las actitudes de profesores y alumnos. 

Puede repensar realmente si las instituciones religiosas están cumpliendo realmente su propósito (guiar a los estudiantes al camino de la fé que comparten) o realmente solo estan minando su confianza, creatividad e individualidad para moldearlos como servidores sumisos y ciegos apóstoles que consideran irreprochables e intachables a los seres humanos tras el manto religioso.

Me hizo pensar en las víctimas de abuso sexual infantil que no han denunciado o denunciarán a profesores o lideres religiosos que han dejado una huella imborrable para mal en su interior. 

La película es para verse más de una vez y la recomiendo para los exalumnos de instituciones educativas religiosas: para los encantados y cachurecos, para los indiferentes, así como para los apostatas e iracundos.  El mensaje es claro: ¿que tanto cedemos a nuestra individualidad y deseos a conseucencia de la presion social. 

*Nota adicional: no dudo que el libro y la película puedan ser perfectas para un fanático de The Catcher in The Rye.  








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