Las transformaciones de los Dolores Internos del Corazón de Jesús en el siglo XIX y XX - Visual

PUBLICACIÓN POR ENRIQUE ALFARO / 30 DE JULIO 2020

En 1857 diferentes  testimonios narran  que  el Corazón de  Jesús  se  hizo presente  en  forma  visible  a  una monja  betlemita Madre Encarnación Rosal.  Según  Monseñor Ezequiel  Moreno (obispo  de Pasto y canonizado por la Iglesia Católica) Jesús  se  le revela  a  través de  apariciones,  locuciones  y  milagros. Esto dió  orígen  a la  devoción propagada por la  monja  quezalteca a  los Dolores  Internos  del Corazón de Jesús.  La  primera  imagen utilizada  para  esta  devoción fue la  de Jesús  en  el  huerto de los  Olivos.  Utilizada  el  25  de  agosto  de  1857.  Con el conflicto  y la  persecución religiosa  Madre Encarnación Rosal, quien  escapa  de  Guatemala  con otras  religiosas  llevándose  esta  imagen.   


La imagen que preside  el  Beaterio de Belén, lugar  de las  apariciones,  fue  realizada  poco  tiempo después  de  la  primera.  Desconocemos  los  cambios  que  pudo haber  tenido en los  primeros  años, o  bien  si  fue  una  imagen  adaptada  para  esta nueva  devoción.   


Hay una  diferencia  muy grande  entre la primera  y esta que  analizaremos.  Y  es  que  las  dos  aunque   representan  el mismo tema  de los  dolores  internos  del Corazón de Jesús,  son   realizadas  en  dos  momentos  distintos  de la  vida  de  Jesús.  El primero  hemos  dicho inspirado  en  el  huerto de los Olivos  y esta  segunda  en un Jesús   resucitado.


Por  ello  es  visible las  heridas  de la pasión,  y un rostro  más  sereno,  aunque  siempre  inspira  compasión por  los  10 dardos  que  atraviesan el  corazón.

Jesús  resucitado  en sus  dolores  internos

La primera  foto que hemos logrado  recopilar de la  imagen  de Jesús  resucitado  en sus  dolores  internos,  presenta  varios  detalles  que  en la actualidad  no son perceptibles. La diadema  con sus  rayos  que  terminan  en su  forma  tradicional.  Otro  aspecto  que  destaca  es  el disco de gloria, o los  rayos  que  emanan del Corazón.  Esta  fotografía es del Padre Alejandro Ortiz.

Jesús  resucitado  en sus  dolores  internos

La  siguiente  foto presenta  a Jesús  de la  misma forma, pero esta  vez  sin los  rayos  en el Corazón. Son las  estampas  que  se  mandaron a  realizar  en 1997. En color sepia. Para  el año de 1998 se mandó a  restaurar   la imagen donde  se  realizó la primera  procesión  y posteriormente  en homenaje  a Madre Encarnación se  realizó el  rito de la  consagración de manos  de Monseñor Oscar García Urizar.


Para  las  fotos de  consagración la Imagen  ya  presenta  otros  rayos  en el Corazón.  Como lo demuestra  el video de  reportaje  sobre la beatificación de Madre Encarnación.  Otro detalle que destaca  es  el uso de  las manos levantadas  como en actitud  de  atraer, o de  bendecir.  Así  el Corazón de Jesús  se verá reflejado en las  esculturas  del Colegio el Sagrado Corazón y Colegio el Sagrado Corazón de Jesús, que por su cercanía  al Beaterio  imitarán  esta  posición .


Escultura  del Colegio el Sagrado Corazón

Esta Imagen aparece en uno este video de Asociated Press en el minuto 1, sobre la monja quetzalteca Encarnación Rosal.



Otro detalle  que se  observa es  que  el resplandor  ya no posee  el  final  de los  rayos  sino esta  “cortado” a una  altura  superior. 


Fuente: Revista D. Una  mujer  visionaria. Prensa Libre.  12  de  agosto 2007


Luego sigue  esta  foto que  tiene la particularidad  de  haber sido usada para propagar los 150 años  de las apariciones.  Destaca las  cruces de  consagración. 


Para  el siguiente  año 2008, resaltan dos  detalles:  el corazón de  color  dorado-corintio cambia  a  rojo.  Así como el resplandor  del Corazón aparece ya “completo”.  Durante  el resto de  años  se mantiene  hasta llegar  a la  restauración del 2011.


Con las  fotografías expuestas  se puede  dar  una  pequeña idea, de la  evolución en los  detalles  y cambios  de la  imagen.  Y  esos  aspectos  son los  que  dan vida a la  obra  de  arte, porque  son los  fieles  los  que les  dan  un sentido.  Y  con cada  época  ese  atributo desaparece  para  dar  lugar  a  otro, y aunque  se  quisiera  conservar  su  aspecto  original, siempre  habrá  algún detalle que lo haga  verse  “nuevo”.

ENRIQUE ALFARO
   

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