Lili(th) dos cuentos de Rodolfo Müller Theissen

"Él, en sus momentos más solitarios la buscaba para estrujar vergonzosamente su cólera y su ira; en un apretón endiablado con la vista fija en sus movimientos. . . y la imaginación a toda su capacidad. Con el único fin de autodestruirse; esperando así destruirla a ella también.

Lili(th) ¡Oh, Lili(th)!  ¡Qué gran desgracia has dejado caer sobre mí! – Él se repetía en momentos de soledad absoluta. – Entraste a mi mente, y nunca saldrás..."

por Redacción Revista La Fábri/k/

Hace unos cuantos años sometí a reto a un grupo de amigos para participar en el desafío de Ray Bradbury de los 52 cuentos en un año, con la finalidad de probar que puede bien escribirse una buena cantidad y al mismo tiempo buscar mejorar el estilo con un cuento semanal; de estos quiero compartirles dos que he seleccionado de mi buen amigo el escritor Rodolfo Müller Theissen; estoy seguro que el estilo de Rodolfo será de su agrado y lo sentirán como una voz novedosa, un estilo claro y una cadena temática que rompe (para bien) con lo que se presenta actualmente en la literatura guatemalteca.  Esperamos contar con más textos a futuro, si a si nos lo permite.  LL

Sin más preámbulo dos cuentos cortos de Rodolfo Müller Theissen


Lilith(1889) pintura de John Collier
                                         Lilith(1889) pintura de John Collier

Lili(th)

Desde el primer momento en que Él posó sus ojos sobre ella, quedó aterrorizado.

Lili(th) era el reflejo de lo que él secretamente temía que Ella haría; lo que Ella podía llegar a ser.

Mas Él sabía que no podía evitarle un destino así, aunque, contrario a todo lo que decía, secretamente lo deseaba para Ella.

“Ojalá te pase, ojalá te pudras, ojalá te pierdas. . . Y te des cuenta de cuánto lo disfrutas.” – susurraba antes de dormir, con la esperanza que su impía oración llegara hasta ella; y cuando se encontraba ante su presencia, lo pensaba detrás de una forzada, amigable y venenosa sonrisa.

“¿Por qué piensas en eso?” – Le preguntó una vez un amigo – “¿Por qué guardas esas imágenes tan perturbadoras que te recuerdan a Ella?”

Él no conocía la respuesta a tales preguntas, así que se limitó a decir maquiavélicamente: “Por morbo”.

“Lili(th) ¡Oh, Lilith!” – se lamentaba. – “No puedo evitarte; solo negarte”.

Él, en sus momentos más solitarios la buscaba para estrujar vergonzosamente su cólera y su ira; en un apretón endiablado con la vista fija en sus movimientos. . . y la imaginación a toda su capacidad. Con el único fin de autodestruirse; esperando así destruirla a ella también.

Lili(th) ¡Oh, Lili(th)!  ¡Qué gran desgracia has dejado caer sobre mí! – Él se repetía en momentos de soledad absoluta. – Entraste a mi mente, y nunca saldrás.

La buscaba; y al encontrarla, era solo para desbordar todo su odio, toda su ira, y todas sus lamentaciones sobre ella. “Tragaba veneno esperando herirla a ella”.

“¡Lili(th)! ¡Oh, Lili(th)! – Gritaba esperando ser escuchado. - ¡¿Por qué no me dejas en paz?!

Él la consideraba, y la considera, una desgracia. Una peste que había caído sobre él en la forma más terrible: Su imaginación.

Hubo momento en que sus entrañas hirvieron con el deseo de buscarla, y al encontrarla, al verla bailar con música sobrepuesta, detrás de sonrisas vacías y trajes desajustados, maldecía su destino. - ¿Cómo llegaste a eso Lili(th)? ¿Qué pasaba por tu mente en esos momentos? Quisiera que Ella me explicara tu destino, ya que está a punto de seguir tu camino.

Pero Lili(th) jamás le respondió. No podía. Y él no quería una respuesta, pues obtenerla le horrorizaba.

Así que se conformó con verla.

Lili(th) solo sirvió en profundizar su odio injustificado hacia Ella. – “¡Sé que de alguna manera te lo mereces maldita!” – escupía al escuchar, pensar y ver a Ella.

“¡Lili(th)! ¡Oh, Lili(th)!” - Cada vez que observaba la espuma del jabón deslizarse lentamente por su cuerpo, juraba ver el esperpentuoso reflejo de Ella.

Ese reflejo que le sonreía, no solo a él, sino a cualquiera que pudiera encontrarla; bailando con la mirada perdida, hueca; en la que se podía leer que ella quería estar allí frente a él, y en otra parte al mismo tiempo. . . lejos.

Lejos de ese mundo en el que una vez adentro, por mucho que exista el botón de borrado, nunca desaparecerás.

“Tan solo escribe su nombre” – se dijo entre sollozos de autocompasión. – “Cada vez que puedas, búscala. Aunque sabes que eso no te hará sentir mejor”.

Lili(th), ¡Oh, Lili(th)!


 

¿Por qué mintió sobre el gato?

¿Por qué mintió sobre el gato? – preguntó el niño.

¿Perdón? – respondió el hombre saliendo de sus pensamientos. Sostenía temblorosamente un cigarrillo con la mano derecha.

Dije que: ¿por qué mintió sobre el origen del gato? – Ahora el tono con el que preguntaba estaba cargado con impaciencia.

Bueno. . . – el hombre dio un chupón al cigarrillo. El humo quemó su nariz, luego su faringe junto con su lengua, y al final hizo arder sus pulmones.

Mientras hablaba, el hombre exhalaba bocanadas de humo con una sonrisa. No podía dejar de pensar en lo bien que se sentía fumar.

La primera vez fue por travesura más que por curiosidad. La segunda vez ya la intención era analizar la experiencia. Para la tercera, bueno, ya sabía muy bien que el cigarrillo era algo para él.

Le gustaba fumar frente al espejo. Verse reflejado fumando, así como en los anuncios, le traía una gran satisfacción.

Practicaba cómo debía sostener el cigarrillo para lucirse a cada bocanada. Todo en él debía señalar que lo que hacía era genial y envidiable.

Dónde mejor servía esta artimaña era en los antros de desnudistas. Por alguna extraña razón con las rameras un cigarrillo siempre era la pauta para que alguna de ellas se te acercara.

  • Ah, el olor de una mujer. . . – pensaba.
  • Bueno, ¿por qué mintió sobre el gato? - lo volvió a interrumpir el niño.
  • ¿Cuál gato?

Rodolfo Müller Theissen es un escritor nacido en la Ciudad de Guatemala el 11 de mayo de 1986, tiene una amplia formación en la enseñanza y aprendizaje de idiomas para la cual demuestra gran habilidad en el manejo del inglés, alemán, italiano, hebreo y su lengua materna el español; aunado a esto cuenta con un gran conocimiento de la historia guatemalteca y universal que demuestra con su fascinación por la época del imperio romano. Otra de sus aficiones es el conocimiento de la cultura popular e especial las historietas de las cuales además de contar con un amplio conocimiento del desarrollo de las mismas analiza desde una perspectiva literaria impresionante.

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