"Las aventuras de Mindy y Mandy" [Parte 7] de Claudia Figueroa - /K/RTONES

EXCLUSIVA PARA REVISTA LA FÁBRI/K/ / 6 DE JUNIO 2019 

Bridge child children by Pexels.

El planeta de la Humildad

Llegaron a un planeta un tanto más grande que los otros. Allí había de todo un poco. Pero lo más peculiar y lo más notorio era que la gente tenía un ego muy agrandado. La gente se hacía superior frente al que tuviera al lado. Presumían lo que tenían o sus dotes y habilidades. Cerca de allí había dos hombres discutiendo. Mindy y Mandy estaban escuchando la discusión.

HOMBRE 1: Mira mi bello rostro, no puedes competir contra esto. Yo soy el más popular.

HOMBRE 2: No me interesa, yo no busco ser popular.

HOMBRE 1: Pero si ser popular es lo mejor que hay, deberías de intentarlo, tengo tantos amigos.

HOMBRE 2: Solo espero que estén contigo en los momentos más difíciles.

La discusión siguió un rato más, luego de unos minutos, el hombre que presumía de gran belleza y popularidad. Mindy y Mandy esperaron un rato y siguieron al presumido, quien estaba rodeado de gente siempre. El hombre presumido tuvo un problema con un hombre bravucón.

Fornido y con cara de pocos amigos, aquel bravucón se fue acercando al hombre, poco a poco los supuestos amigos del hombre presumido se fueron sin dejar rastro, dejándolo completamente solo.

BRAVUCÓN: Así que te crees el más guapo, el más fuerte, el que todo lo tiene. Vamos a ver qué tan bravo eres ahora –mientras lo tomaba del cuello y lo alzó en las alturas. El hombre que presumía de todo tenía tanto miedo que sus supuestos amigos que se habían retirado empezaban ahora a reírse de él.– Ya ves, los que se decían tus amigos solo se están riendo de ti.

HOMBRE 1: ¡No me hagas daño, haré lo que me digas!

BRAVUCÓN: ¿Lo que sea? 

HOMBRE: ¡Sí! ¡Pero bájame!

BRAVUCÓN: Entonces, diles la verdad a todos.

Mindy y Mandy no podían dar crédito a lo que veían sus ojos y escuchaban sus orejas. El hombre que presumía de todo confesó lo poca cosa que era y que no tenía ni un céntimo para comer. La gente se le acercó poco a poco, con una mezcla de emociones: unos estaban tristes; otros, enojados; otros, conmovidos; otros, simplemente no se sorprendieron. El bravucón lo bajo luego de que se lo pidieran Mindy y Mandy, la humillación había sido enorme.

MINDY: Esta es una buena lección, no podemos presumir de los logros cuando otros han luchado por tenerlos.

MANDY: Nadie es dueño de la vida como para pisotearla y querer subir sobre los demás, sus logros y luchas.

MINDY: Sí, ese pobre hombre recibió la lección que merecía.

Un rato más tarde, mientras todos se habían retirado, dejando al hombre con el rostro desfigurado de tanto llorar, se le acercó el hombre a quien quiso humillar, Mindy y Mandy estaban detrás de él. 

HOMBRE 2: Mis dos amiguitos me han contado lo que vieron, y la única manera de ayudar a alguien que se ha agrandado es dejándolo solo, no me hubiera gustado que enfrentaras esto, pero lo que hiciste no fue correcto.

HOMBRE 1: Sí, yo se que fue una tontería, y te pido una disculpa.

HOMBRE 2: Claro que la acepto, y sin rencores ni nada, podemos ser amigos. De acá en adelante te ayudaré para que tú ayudes también a quien se sienta superior. El diálogo es la solución.

Mindy y Mandy despidieron a estos nuevos amigos y se dieron cuenta que no debían intervenir porque el cambio ya estaba iniciando en estas personas, tras ayudar al resto de planetas.

Amigos, aquí terminamos las primeras aventuras de Mindy y Mandy, ellos van a regresar a casa por el momento a contarle todo lo que han vivido, bellos lugares donde en algunos hicieron su magia y, en otros, dejaron que esta surja por sí sola.

Hasta pronto, nos vemos pronto en otras emocionantes aventuras.

Fin.

Revista La Fabrik

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