Herencia de dolor y otros poemas de Carlos Enrique Rivera Chacón - El fonema

EXCLUSIVA PARA REVISTA LA FÁBRI/K/ / 2 DE FEBRERO 2020 


Anciano con expresión de disgusto

Herencia de dolor


¿Acaso los recuerdos mueren
en las manos del tiempo
y más que congojas,
son delirios inscritos
en el hambre y la pobreza?
¿Acaso debo olvidar las esteras y mi dolor,
cuando recuerdo tu nombre
enmohecido por el alcohol?

Mira mi cara.
¿No te dicen nada mis ojos de niño
sin estrellas y sin pan?
Mis manos frotan al tiempo
para calentar la angustia,
mientras el hambre busca en el horizonte
las galletas imaginarias
que me socorrerían.

Papá,
hoy escribo ese nombre
que nunca pude pronunciar.
Levanto mis manos,
suplico el amor tardío
entre tanta congoja encerrada,
busco en la mente
todas las veces que lloré
detrás de la puerta del zaguán
donde quedé dormido
esperando en vano tu regreso.
Yo quisiera saber
si el peso de mis años
debe sucumbir entre las olas
de este océano que me agobia
y me arrastra hacia la angustia,
cuando recuerdo tus pasos invisibles.

Nunca pronunciaste mi nombre…
Nunca disfruté tu abrazo…
Nunca me encendió tu beso…

Más caricias recibió la copa
que mis mejillas pálidas.
¡Cuántas veces
me quedé con los brazos levantados
esperando tu respuesta!
¡Cuántas noches mi sueño tiritó
esperando que tú lo cobijaras!

¿Acaso debo perdonarte?
Sí.
Gracias a ti, hoy tengo vida.
Y gracias a la vida, soy poeta.



Envejecer


El arte de envejecer pareciera un arte muy nuevo,
al que cada día se agregan nuevos conocimientos,
nuevos rasgos, inesperados postulados y descubrimientos.
Julieta Dobles Izaguirre 

¿Envejecer…
fin de una vida nacida? 

He pasado años
cargando mis propios modos,
como si fueran imposibles
nacidos en mi piel,
silbidos inciertos
que tienden a eternizar
el atardecer de mis canas.

Cuántas memorias arrugadas
por el cansancio de los días,
han dibujado a oscuras
el secreto de mis pisadas añejas
y cuántas noches vividas,
me gritan al oído:
“envejecer es una etapa de la vida”.
Murieron mis anhelos palpables.
Doblaron rodillas las pupilas.
Mis dedos fuertes palidecieron,
mis sentimientos de acero
se doblaron.

Envejecer,
hermoso carbohidrato de la herencia,
última vitamina de la vida.
dulce arrullo del colesterol,
hormona portentosa del infarto,
fuente paradigmática del alzahirmer
y lípido majestuoso de la hipertensión.

Envejecer…
Río inexorable del aliento…

Último crecer.

Lluvia



Amor
está lloviendo.
Estoy salpicado de tus besos
y lamiendo tu caricia.
Deja que la lluvia nos traspase
hasta el último tuétano del cuerpo.

Amor,
cada instante
de esta vorágine invernal
calienta el ansia de mi arteria,
quiero sucumbir
entre tu beso húmedo,
o en la brizna total
de tu empapado abrazo.

Amor,
está lloviendo,
las gotas nacidas esta noche
están pariendo los océanos.
Nuestras bocas tienen sed.
Volvamos a las cosas nuestras,
aneguemos nuestro cuerpo de esa furia,
de esta pasión que nos arropa…

Estamos solos…
Seamos cataratas desbordadas…



Carlos Enrique Rivera Chacón


Carlos Enrique Rivera Chacón |Turrialba, Costa Rica.

Cofundador con Jorge Debravo, Laureano Albán y Maro Aguilar, del Círculo de Poetas turrialbeños, el cual años después  pasó a llamarse Círculo de poetas costarricense.

UNA Prof. Enseñanza Primaria
UNA Prof. de Ciencia Generales
UCR Licenciado en Biología
UCR Licenciado en Administración

UCR Licenciado en Currículum

Obras:

  • Semilla de camino Ed. Líneas Grises
  • Instantes Azules Ed. Tayutic
  • El Invierno que Faltaba  . Ed. Poiesis
  • Raíces de la tarde. Ed. Poiesis


Tiene inéditas cuatro obras que se publicarán en el 2020.

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