Pablo Bejarano: Filo de Sol y otros poemas - El fonema

EXCLUSIVA PARA REVISTA LA FÁBRI/K/ / 23 DE JULIO 2020 


Apolo y las musas

FILO DE SOL

Afuera de mis párpados, la noche,
adentro una mujer desconocida,
caminando, incendiada de alegría,
con estrellas y rosas en su porte.

La vi pasar, lejana, como un astro,
como un astro, lejana e irrepetible
que al ocultar su luz me puso triste
y ansioso de apreciarla como el tacto.

"Ojos de perro azul" quise gritar,
pero ya era muy tarde; la mañana
con su filo de sol, en mis pestañas,
le dio fin a mi dicha o a mi mal.

¿A dónde se ocultó durante el día?
No hay forma de de saberlo, pero sé
que regresó, cuando tuvieran sed
los labios de mis ojos y mi vista.

De nuevo iba cruzando por la calle,
como rayo en la noche desmayada;
quise gritar "mi corazón te ama",
pero otra vez el sol a despertarme.

Desperté con la imagen en el pecho
y mis ojos buscándola tangible...
por hallarte en el día ¡cuánto hice!
¡y cuánto por sacarte de mis sueños!

Un día vi tu rostro y te besé
y recorrí tu cuerpo como acaso
la brisa va corriendo sobre el pasto
y la nubes por el amanecer.

Ahora que te tengo día y noche,
de materia y de luz espiritual,
lloro cuando imagino que hay amores

qué son dos sueños, y hay que despertar.


OTRO ESPEJO

Existe, ciertamente, algún espejo,
que no podemos ver ni descifrar,
donde hay un Yo futuro en el reflejo
que difiere de mí, como del mar.

¿Del otro lado el Yo estará perplejo
de ver mi lozanía y de mirar
que cuando él se aproxima, yo me alejo,
sin ninguna intención de caminar?

¿En qué extraño recodo de la vida
hay dos efigies, que a la vez, son una,
y cuándo la unidad fue dividida?

He visto la sonrisa de la luna
hervir bajo mis pies, como una herida,
siendo, a un tiempo, satélite y laguna.

HUBO

Hubo una noche, cuya cifra en el calendario
no logro recordar, con el clima borroso
o borrado en la mente por el tiempo impetuoso,
una noche de un día lejano y rutinario.

Hubo una noche (¿fresca?) de la que sólo sé
que no me hayaba triste, una noche sin hora
y con miradas, ciegas para el que se enamora, 
una que aunque no quise, poco a poco se fue.

Hubo una noche, acaso era de madrugada,
en que estuvimos juntos (¿por qué ya no lo estamos?)
y, a pesar que no había música, recostada
en mi trémulo pecho, me abrazaste y bailamos.

EL TIEMPO

El tiempo es invisible, pero pasa
como guiño de luz sobre la luna,
y pasa como rayo de negrura
en el folio que da su tierra blanca.

El tiempo es incorpóreo, pero pesa
y aplasta la materia que a su paso
termina como imperio devastado
esperando la gloria de otra era.

El tiempo es infinito, pero acaba
(desde la perspectiva de los hombres)
con la vida, la muerte y la palabra;
el tiempo es la distancia en que te escondes.

Invisible, incorpóreo e infinito
se adapta para el plan que concebiste:
no te veo ni toco y el suplicio
se prolonga y me hace maldecirte.

EL SOÑADOR

Alguien me vio pasar en una calle 
donde no he caminado ni lo haré, 
me dirigió preguntas sin saber 
por qué estaba conmigo en ese instante.

Me oyó decir palabras que jamás 
diría en ese idioma insospechado 
que puso en mi garganta y en mis labios
por mi deseo oscuro de charlar.

Puso a mi rostro el nombre de su amigo
sabiendo que no soy el que pensaba 
y vió cómo mi ser se hacía nada
separando con luz nuestro destino.

Al despertar, tal vez su pensamiento
le dijo que yo soy inexistente,
sin sospechar que en otro continente
está el desconocido de sus sueños.

FERNANDA

Estás hecha de sueño y de futuro,
de la nueva alegría de mi boca.
Estás hecha de un mármol (que no es duro)
como escultura en época barroca.

¿Qué mágico camino de la vida
me condujo al milagro de encontrarte?
¿Qué mano con astucia desmedida
te ha dado movimiento, siendo arte?

Como la perfección es algo real,
sabía que te hallabas en el mundo,
y esperaba el momento excepcional
que te acercaras como sol jocundo.

Te buscaba en los sueños porque eres
irreal por tu beldad y simetría,
pero pude encontrarte entre los seres
que saben de dolor y de alegría.

Has venido del sueño a mi verdad
con tu cuerpo de diosa y rostro claro,
para llenar de amor la soledad
que hace mucho servíame de amparo.

Al beso que te he dado en mi quimera
quiero poner tu boca y tu cintura,
y a estas ganas de ti y a esta espera
tu mano entre mi mano y tu hermosura.

¿En qué vida juramos reencontrarnos
que a la primera sílaba te quise?
Ahora que volvemos a juntarnos,
deja que te enamore o que te hechice.

Tu cuerpo no ha pasado en mi mirada,
pero sé de memoria tu existencia
y sé que luego de decirte "amada"
llenaré de mis besos tu presencia.

A LA VELOCIDAD DE LA LUZ

Estás hecha de luz, por eso recorriste
velozmente mi vida y luego te ocultaste;
eras como el relámpago en la noche cerrada,
como la herida azul en el cielo nublado. 
Pasaste como rayo, luminosa y veloz,
pero pasaste y eso se grabó en mis pupilas;
para quien ha vivido y tal vez vivirá
dentro de la penumbra, un rayo es luz eterna.
Lo que rasga mis ojos es presentir que tú
serás día perpetuo en alguien que no conozco.

Viviré en el momento en que tu rostro claro
se mostró a mis fanales como disco solar,
en que mis brazos fueron, al rodear tu cintura, 
como el agua que adopta la silueta que cubre;
viviré en el momento que mis labios ansiosos
temblaron en tus labios de nube marmolina,
en el momento épico que tu cuerpo y mi cuerpo
formaron un eclipse de luz irrepetible,
viviré en el momento en que fui la montaña
a la que te adheriste como nube de mármol.

¿Por qué el viento y la piedra no grabaron tu voz
cuando aún me decías palabras amorosas?
¿Por qué no me até al tiempo en que te sentí mía
y en el que acaso tú sentiste que era tuyo?
Somos agua y la vida es fatal como río,
no permite volver a donde ya pasamos;
somos seres mortales y el tiempo es línea recta,
imposible es regresar a antiguos derroteros,
pero yo buscaré, entre mis remembranzas,
la forma de encontrar un viejo porvenir.

Inventaste una forma distinta de querer
y yo una forma más alta de sentir el amor;
coincidimos en mucho, y en eso discrepamos,
y sin embargo así ambos somos felices.
Esta época oscura nos ha llenado de luz
y nos deja recuerdos soñados o vividos.
Sabes bien que te amo antes de que existiéramos,
que te amaré aún después de nuestra muerte,
y sabes bien, querida, que hay días como años
otros como segundos y otros más como días.

ESCAPE

Estoy dentro de mí y me desespero
en las rejas del llanto que se estira
como lenguas doradas en la pira.
Estoy dentro de mí, pero no quiero.

Si este dolor fatal no es pasajero
y mi felicidad es la mentira
que vaga como angustia por mi lira,
estar fuera de mí, es lo que espero.

Saliendo del temor, miro la soga
que aguarda como tierra prometida
(me salvo con la cuerda que me ahoga).

Si vivo naufragando en una herida,
debo oír a la muerte que dialoga,
y matarme, buscándome otra vida.

LEJOS DEL VALOR

Mis sueños se convierten en tu boca
bajo el ala fatal de la amargura.
Los versos no describen en su anchura
la borrasca de amor que me sofoca.

¡Ay en vano el amor se me hace viento
y rocío salobre la tristeza!
En vano recibieron su destreza
estas manos que sueñan con tu aliento.

Qué lejos del valor tengo los labios
y qué cerca mis versos del mutismo...
si pudiera seguir el hedonismo,
tal vez se menguarían mis agravios.

QUÉ IMPORTA

Qué importa que ella no sepa
de yámbico y de trocaico,
que no sepa de sinéresis,
si me otorga sus abrazos.

Qué importa que ella no sepa
de hiato y de sinafía,
que no sepa de la hipérbole,
si complementa mi vida.

Qué importa que ella no sepa
de sonetos y pavanas,
de espinelas y aleluyas,
si su espíritu me ama.

Qué importa que ella no sepa
de quiasmo y de calambur,
de paradoja y de antítesis,
si adorna mi cielo azul.

Qué importa que ella no sepa
de perífrasis o elipsis,
que no sepa de pleonasmo,
si desfila por mis iris.

Qué importa que ella no sepa
cuando en dactílicos tristes
la nombro todas las noches,
mientras sus ojos me miren.

Qué importa que ella no sepa
que la invoco en la canción,
que mi alegoría oculta,
con metáforas, su amor.

Qué importa que ella no sepa
que la llamo en mi estribillo 
y en mi anáfora sagrada,
si sus ósculos son míos.




Pablo Bejarano | Antigua Guatemala

Nació el 24 de octubre de 1995. 

En 2017 comenzó a publicar ensayos y poemas en la revista La Visión en Guatemala, publicando mensualmente ensayos y poemas; y fue miembro del programa radial Versos Bohemios donde compartía su poesía.   

Ese año fue importante pues fundó el grupo poético el Atheneo de Guatemala, con el objetivo de rescatar la poesía clásica, donde participa como guía de versificación y retórica de los otros miembros del grupo. 

Bejarano ha sido reconocido en distintas competencias importantes de poesía y cuento a nivel nacional:

Año 2017
  • Segundo Lugar en la rama de Poesía en los Juegos Florales Trinacionales de la ciudad de Esquipulas. 
  • Premio Único de Poesía en Salcajá, Quetzaltenango
  • Primer Lugar en el Festival Nacional del Soneto de Santa Lucía Cotzumalguapa; 
  • Segundo Lugar de Poesía en la ciudad de Jalapa. 
  • Segundo lugar de cuento en la ciudad de Escuintla. 

Año 2018

  • Premio Único de Cuento en Mazatenango
  • Premio Único de Cuento en Cabañas, Zacapa
  • Segundo Lugar de cuento en los Juegos Florales de Huehutenango
  • Primer Lugar en el Festival Nacional de Poesía Clásica de Santa Lucía Cotzumalguapa 
  • Segundo Lugar de poesía en los Juegos Florales de Estanzuela, Zacapa
  • Primer Lugar de poesía en los Juegos Florales de La Democracia Escuintla. 


Año 2019 
  • Tercer Lugar de cuento en los Jegos Florales de Teculután, Zacapa;
  • Mención Honorífica en los Juegos Florales de Santa Cruz Verapaz; 
  • Primer Lugar de verso en los Juegos Florales Trinacionales de Esquipulas;
  • Segundo Lugar de verso en los Juegos Florales de Salamá; 
  • Primer Lugar en el Certamen Nacional de Poesía Clásica de Santa Lucía Cotzumalguapa.
  • Segundo Lugar de verso en los Juegos Florales de Estanzuela, Zacapa.

El 29 de septiembre de 2018 publicó su primer libro: La Resurrección
del verso. 

En 2019 trabajó en la organización de recitales, coloquios poéticos y a la fecha ha brindado conferencias sobre distintos temas literarios.

REVISTA LA FABRIK

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