Estructura de los versos más populares

Andamiaje literario - Estructura de los versos más populares

PUBLICACIÓN POR PABLO BEJARANO / 30 DE SEPTIEMBRE 2020


Hay una gran cantidad de versos usados en la métrica española, no sólo basados en el número de sílabas, sino también en el esquema de su acentuación; de esta cuenta, por ejemplo,  nos vemos frente a muchos tipos de endecasílabos (que ya hemos visto acá), sin embargo, siempre hay unos que gozan de la predilección de los poetas. 

Es fundamental conocer estos versos antes de entrar en los temas que nos ocuparán más adelante, ya que su aparición será asidua. Hablo del octosílabo, del decasílabo y el alejandrino. Como ya hemos hablado del endecasílabo en un texto aparte, no lo tocaremos acá, pero cabe decir que es el más usado.


OCTOSÍLABO: De todos los versos de arte menor, es el más popular. El que aparece en las estrofas más famosas como la redondilla, la copla, la cuarteta y la espinela. Como su nombre lo indica es un verso de ocho sílabas. Por ser un verso de arte menor, su acentuación no es obligatoria, sin embargo, si los acentuamos todos en la tercera sílaba, tomarían un mayor ritmo. Veamos unos ejemplos con y sin ese acento rítmico obligatorio:


Guatemala, patria mía

que reflejas en tu suelo 

la impoluta faz del cielo,

quiero hacerte poesía.

Más allá de la elegía,

el soneto, el madrigal 

que escribiera entristecido 

quiero hacer un recorrido 

por tu cuerpo sin igual.

(Versos ilustrativos)


Me están doliendo los días 

que se me pasan sin verte:

no verte es como una muerte

con muchas más agonías.

Entre palabras vacías 

los días se van pasando,

el corazón palpitando

del más silencioso modo

ajeno al mundo y a todo 

con una pregunta: ¿cuándo?

(Manuel José Arce)


DECASÍLABO: De los versos de diez sílabas, el más famoso es el decasílabo anapéstico; conocido por ser el que se emplea en los himnos. Su estructura se basa en tres acentos obligatorios que se reparten en las sílaba tres, seis y nueve invariablemente. Es decir que todos tendrán la misma acentuación. Hay otros,  como el decasílabo alcaico o el que se divide en hemistiquios, pero al ser poco usados no los veremos en este artículo. Veamos ejemplos  del endecasílabo anapéstico:


De tus viejas y duras cadenas

tú fundiste con mano iracunda

el arado que el suelo fecunda

y la espada que salva el honor.

(José Joaquín Palma)


En tu sierra de teclas morenas

un espíritu maya descansa,

y en tus notas está la esperanza

que armoniza la paz y el amor.

(Versos ilustrativos)


ALEJANDRINO: De los versos de arte mayor compuesto, el alejandrino es el más usado. Estos versos se trabajan en dos bloques que llamaremos hemistiquios, y que tendrán siete sílabas cada uno. Entre los hemistiquios hay una cesura, que es una pausa obligada que omite toda clase de licencia poética entre los hemistiquios. Es decir que si uno termina en vocal y el otro empieza en vocal, por la cesura no puede haber sinalefa. En otras palabras, es como un verso que está compuesto de dos heptasílabos, con la diferencia que debe haber una relación sintáctica mucho más fuerte que la que hay entre dos versos. Los hemistiquios también pueden llevar un acento rítmico en la sílaba tres, como lo hizo Darío en Sonatina. Veamos unos ejemplos de alejandrino con acentos rítmicos obligados en los hemistiquios y sin ellos:


La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?

Los suspiros se escapan de su boca de fresa,

que ha perdido la risa, que ha perdido el color.

La princesa está pálida en su silla de oro,

está mudo el teclado de su clave sonoro,

y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

(Rubén Darío)


Bien sabes que en las noches la busco en las estrellas,

y que todos los días la busco en el ocaso,

bien sabes que camino siempre en pos de sus huellas

en busca del edén que duerme en su regazo,

porque a ti te he contado que observo en sus centellas

amaneceres negros y versos del parnaso,

porque a ti te he contado que veo en su mejilla

un astro sonrojado que a mí me maravilla.

(Versos ilustrativos)

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